Mi Amor Platonico

Mi Amor Platonico
Y el amor roto, cuando vuelve a nacer, crece
más bello que el primero, más fuerte, más grande.


lunes, 28 de enero de 2013

"CAPITULO 7"




Tom apoyó la cadera en el pianoforte estudiando la expresión de Viola, que tocaba a la luz de las velas con la mirada fija en el infinito. No dejó de darse cuenta de que sonreía ligeramente.

—Pareces muy satisfecha contigo misma —dijo—. Cuando pones esa cara es que estás tramando algo. ¿En qué estás pensando?

—En Venus —contestó ella, y miró al hombre que estaba de pie a su lado.

Él levantó las cejas a modo de pregunta.

—¿La diosa del amor? ¿Qué te hace pensar en Venus? —Suspicaz, entrecerró los ojos—. ¿Estás planeando arruinar mi boda con lady Sarah y arreglarme otra mejor? Por favor, ni lo intentes, Viola, ya sabes lo que pienso al respecto.

—No, no. —Viola dejó de tocar un instante para negar con la mano en su dirección y luego retomó la pieza—. Tú ya has hecho tu elección, y sé que sería inútil intentar que cambiaras de idea. Lo he pensado mejor —añadió con un suspiro— y creo que es la mejor opción. Al fin y al cabo, eres el duque de Tremore, y tienes que casarte de acuerdo con tu posición, aunque para ello hayas de renunciar al amor y al cariño. No, he decidido que me concentraré en concertar el matrimonio de otra persona: el de ___________.

—¿________? —Él frunció el entrecejo—. No recuerdo a…

—La señorita Wade.

Miró a Viola y la imagen de una mujer de pelo castaño recogido en un moño, con gafas, vestidos marrones, delantales de trabajo e incapaz de hablar sin tartamudear se le apareció de repente.

—¿Intentas arreglar un matrimonio para la señorita Wade? —preguntó atónito.

—Si puedo convencerla de que venga a Enderby conmigo, le presentaré a algunos de los solteros más deseables, y a ver qué pasa.

—Tú no harás tal cosa.

La vehemencia de su tono sorprendió a Viola. Dejó de tocar el piano otra vez y le miró estupefacta.

—¿Por qué te alteras así, Tom? No tenía ni idea de que te importara tanto.

—Me importa mucho. El trabajo que desempeña aquí la señorita Wade, es de gran importancia. No permitiré que vaya a perder el tiempo contigo a Londres. ¿Qué pasará entonces con mi museo y mi excavación?

—Últimamente sólo piensas en la excavación. Hay cosas más importantes en el mundo que tu villa romana.

—Nada puede ser más importante que descubrir la historia. —Él mismo notaba la pasión con la que hablaba—. Viola, estas ruinas son de vital importancia histórica. Es el mejor hallazgo de restos romanos de Inglaterra. Las piezas que estamos encontrando aquí serán de gran ayuda para los académicos y los estudiosos; y los museos de Londres podrán ofrecer a los británicos la posibilidad de conocer mejor sus orígenes. Esto es un pedazo de nuestra historia.

—A mí no me importa la historia, querido hermano —dijo Viola, sin tratar siquiera de entender lo que él quería decir—. A mí me importa la vida de una joven dama de buena familia que por trágicas circunstancias se ha visto obligada a trabajar, que no ha podido tener una vida propia y que no ha disfrutado nunca de nada. Ni siquiera sabe bailar. Es impresionante lo descuidado que fue su padre a la hora de preocuparse por su futuro y su bienestar.

Viola hizo una pausa para recuperar el aliento, pero antes de que Tom pudiera recordarle que la historia y las antigüedades eran mucho más importantes que bailar, ella añadió:

—Y ahora ___________ se ve obligada a ganarse la vida. Una joven dama trabajando hasta el agotamiento fregando mosaicos y arreglando vasijas como si se tratara de una sirvienta, y lo peor de todo es que no tiene ninguna opción de futuro.

Tom frunció el ceño, disgustado por el tono acusatorio de las palabras de su hermana; como si las supuestas penurias de la señorita Wade fueran culpa suya.

—El trabajo que realiza para mí la señorita Wade es vital para que este proyecto tenga éxito, y se le paga muy bien por sus esfuerzos.

—A mí su futuro me parece precario.

—Difícilmente. El museo de Londres se abrirá a mediados de marzo, pero tardaremos mucho más en acabar con la excavación de la villa. Ella tiene trabajo como mínimo para cinco años más.

¿Y cuando acabe? ¿Cuando tu museo esté completo y tu excavación finalizada, qué pasará con ella entonces?

—Encontrará un nuevo trabajo, supongo.

—Entonces tendrá casi treinta años, una edad que prácticamente la eliminará del mercado matrimonial. ¿Sabías que es nieta de un barón?

—Eso es absurdo, su padre no tenía tales parientes.

—Estoy hablando del padre de su madre. Ella no sabe nada sobre él, o si lo sabe no quiso compartirlo conmigo. No creo que tuviera intención de contarme nada en absoluto, pero se le escapó algún comentario sobre su abuelo. No entiendo por qué quiere guardarlo en secreto. Orgullo quizá.

—O sentido de la privacidad. Hay gente que valora su intimidad. —Hizo una pausa—. En cualquier caso, su futuro es asunto suyo.

—Yo lo estoy convirtiendo en asunto mío. —Antes de que él pudiera responder, continuó—: Éste no es el tipo de vida que debe llevar la nieta de un barón, aunque ella misma haya ignorado sus orígenes. Dado que sabe tan poco sobre sus parientes y que no tiene amigos que la ayuden…

—Parece haber encontrado una amiga en ti.

—Sí, lo ha hecho. Me gusta, y nos hemos hecho amigas. Es más, voy a considerarla mi protegida. Ya me veo presentándola en sociedad, ayudándola a conocer gente nueva, y quizá asegurándole un matrimonio en el futuro. Hay bastantes caballeros solteros a los que quisiera presentársela. A ella podría gustarle alguno, y la naturaleza seguiría su curso.

—Pobre chica.

Viola le lanzó una mirada que le indicó que no había encontrado divertido su irónico comentario.

—No todo el mundo elige esposa como tú, Tom, escogiendo a la que es menos probable que gane tu corazón. Ni tampoco todo el mundo que se enamora es infeliz. Me encantaría ver a __________ disfrutando de una temporada en Londres, que se enamorara y contrajera matrimonio felizmente con un honorable caballero de buen carácter que la amara y cuidara de ella.

Tom se vio obligado a mencionar lo que para él era obvio.

—No entiendo por qué quieres embarcarte en una tarea tan inútil. Las mujeres como la señorita Wade no están hechas para el romance, y tampoco se casan.

—Tom, qué comentario tan extraño. ¿Se puede saber qué quieres decir con eso?

—Quiero decir que esa chica no tiene ni un pelo de romanticismo en todo el cuerpo. Si tuviera una dote, o si sus conexiones con el barón fueran ciertas, sus perspectivas de matrimonio serían mejores, pero sin eso, te estás embarcando en un asunto sin futuro. Sólo hay que mirar a la chica para darse cuenta.

—Yo no me doy cuenta, y la he mirado bastante en los últimos días. Creo que muchos jóvenes bien educados la encontrarán encantadora.

—¿Encantadora? Con ese horrible moño que siempre lleva y esas ropas usadas, la chica es tan atractiva como un insecto pegado a una hoja. Es como un mueble. Dudo que ningún hombre se diera cuenta de que existe aunque la tuviera delante de sus narices; e incluso entonces, se olvidaría de ella en el mismo instante en que desapareciera de su vista. Lo sé porque a mí me pasa.

Viola se puso tensa.

—No sabía que la belleza física de una mujer fuera la única cualidad que llamase la atención de los hombres —expresó fríamente.

Tom acusó la crítica de esas palabras.

—No he querido decir eso.

—¿Qué has querido decir entonces?

—Su cara nunca cambia de expresión, y uno nunca sabe en qué está pensando ni lo que está sintiendo. A no ser que hable de antigüedades, esa chica es incapaz de mantener una conversación.

Vio que Viola lo miraba preocupada, pero continuó:

—Cuando por fin logra pronunciar unas palabras, no puede hacerlo sin tartamudear. No sé qué le pasa. El primer día que estuvo aquí hablaba bastante bien, pero desde entonces apenas ha dicho nada. Teniendo en cuenta todo eso, puedo decir que es la criatura más insignificante que he conocido en mi vida.

—Aun así, es tan importante para tu excavación que no puede irse. De modo que alguna cualidad deseable debe de tener.

—Es inteligente, eso te lo garantizo, y excelente en su trabajo. Puede traducir del latín, del griego y de no sé cuántas lenguas antiguas más. Es una magnífica restauradora y artista. Dibuja bien. Pero todas esas cualidades difícilmente la capacitan para el matrimonio. No tiene dote, no tiene conexiones aparte de ese mítico barón, y ningún atractivo físico que compense estas carencias.

—Me conoce a mí, y si su abuelo es un barón, entonces ya tiene dos conexiones, como mínimo. Si nosotros pudiéramos encontrar a su abuelo, él podría darle una dote. Y en lo que se refiere a sus otras así llamadas carencias, eso es sólo tu opinión. Tú sólo la ves como a una empleada, como al señor Cox, o al señor Bennington, o a uno de los sirvientes. Dudo que ni siquiera la hayas mirado como mujer.

—La señorita Wade no es una mujer. Es una máquina. Una perfecta y eficiente máquina. Nunca está enferma, nunca comete errores. ¿Sabes?, creo que nunca la he oído reír.

—Oh, no seas absurdo. Yo la he oído reír esta misma mañana.

—Pues yo nunca. —Tom calló e intentó encontrar un modo de explicarle a Viola cómo se veía a la señorita Wade desde el punto de vista de un hombre.

—Cuando busca esposa, un caballero no quiere una máquina. Quiere una mujer con ciertos atributos femeninos. La señorita Wade, desafortunadamente, no tiene ninguno. En realidad, es bastante patética.

—No tenía ni idea de que la vieras desde un punto de vista tan desfavorable —comentó Viola pensativa.

—Creo que cualquier hombre compartiría mi opinión sobre la chica.

—¿Quieres dejar de llamarla chica? —le espetó Viola irritada—. Tiene veinticuatro años, es una mujer.

Tom pensó en el delantal sin forma que escondía cualquier curva femenina que pudiera poseer la señorita Wade.

—Si tú lo dices.

—Lo digo. Todo lo que has mencionado es un fallo de su educación, no de su carácter ni de su belleza. Yo creo que __________ podría ser bastante atractiva si siguiera mis consejos. Tiene unos ojos preciosos y un hermoso cuerpo. Demasiado morena según la moda actual, pero no tanto si tenemos en cuenta que ha vivido gran parte de su vida en el desierto. Tiene una bonita sonrisa, es inteligente, cultivada, y te aseguro que, aunque es una joven bastante seria y quizá un poco tímida, es perfectamente capaz de reír.

—Lo mejor que puedes hacer es buscar a su familia, porque las damas serias, tímidas, sosas, y tan corrientes que llegan a confundirse con el papel pintado de la pared no tienen ninguna posibilidad de atrapar a un marido. Se convierten en solteronas. Un palabra desafortunada, pero cierta.

Viola le lanzó una mirada censora que le dio a entender claramente lo que pensaba de su opinión, y que le hizo sentirse un poco culpable. Quizá había sido duro, pero realmente, ___________ Wade era tan aburrida como un febrero en Inglaterra. Aun así, decidió que lo mejor sería no hacer más comentarios sobre el tema.

—No tiene importancia, no discutamos por ello. La chica no irá a ningún lado hasta que mi museo y las excavaciones hayan finalizado.
 
 
Chicas Tom es un .. ¬¬.. yo les dije que no les gustaria como trataria a TN....
Pero no se preocupen que pronto Tn ya sabra que hacer,... y digamos que a Tom no le gustara muchoo....jajaja
 
Cuidence
Bye =)

4 comentarios:

  1. Malditon Tom >.< q patan.
    Pero cobfio en ti Tamitha q Tom tendra q tragarse esas palabras y arrepentirse..
    Q corajeee . Viola tan linda ella la ayudaraa..

    Siguelaa prontoo ... Me encantaa.
    Bye cuidate :D

    ResponderEliminar
  2. Hay lo odieeeeeeeeee demasiadooooooo me recordo a mi ex te lo juroooo era como si lo escuchara a él espero que cambie de opinion tomm

    ResponderEliminar
  3. ARGH!!! MALDITO TOM!!! casi hace que me salgan canas verdes del coraje, y si espero el momento en que Tom se tenga que tragar sus palabras...

    ¿que hara rayita? :3 owww

    Tamita sigue pronto please...
    bueno
    bye
    cuidate...

    ResponderEliminar
  4. Tom, tu muy mal!! espero que con ayuda de Viola, TN le de una buena leccion!!
    siguela pronto!! porfavor!! me esta gustando mucho, tanto como las dos anteriores, por favor sube sube sube!!
    bye, cuidate
    besos
    :3

    ResponderEliminar