Mi Amor Platonico

Mi Amor Platonico
Y el amor roto, cuando vuelve a nacer, crece
más bello que el primero, más fuerte, más grande.


lunes, 1 de abril de 2013

"CAPITULO 44"




Tal como le había prometido a lady Fitzhugh, Tom aceptó su invitación a la partida de cartas, aunque sabía de antemano que eso serviría para alimentar aún más los rumores.

Quería ver a __________. Deseaba que el hecho de comportarse correctamente no estuviera en contradicción con poderla ver en secreto, pero verla entre un grupo de personas era mejor que no verla en absoluto. Aun así, al llegar a la casa de Russell Square, obtuvo lo que había deseado encarecidamente: una oportunidad para estar con ella a solas.

La usual excitación que se producía con la llegada de un duque siguió con las pertinentes presentaciones del resto de invitados y acabó con un incómodo silencio. Lady Fitzhugh carraspeó y, dirigiéndose a su marido, sugirió:

—¿Quizá deberíamos empezar?

—Sí, sí, gran idea, Elinor —dijo sir Edward al instante—. Que empiece el juego. Aunque me temo que dos de nosotros tendremos que contentarnos con jugar al piquet, en vez de al whist. El señor Jennings ha pillado un resfriado y su mujer no nos ha avisado hasta última hora de que no podrían asistir, así que nos faltan dos personas para el whist.

__________ se dirigió a Tom y, mientras señalaba un pasillo que llevaba a una habitación anexa, sugirió:

—¿Quizá su señoría preferiría jugar al ajedrez en vez de a cartas?

El silencio que siguió fue, más que incómodo, molesto. Por algún motivo, __________ quería una entrevista privada con él y aunque dudaba que los motivos de ella fueran los mismos que los suyos, Tom aprovechó rápidamente la ocasión.

—Me encanta el ajedrez, señorita Wade —dijo él—. Sería un honor para mí.

—Excelente —respondió ___________, y se dirigió a la habitación anexa, donde se había apartado el tablero de ajedrez para dejar sitio para la partida de cartas.

Él saludó a los otros invitados y la siguió. Cuando ella se sentó, él cogió la silla opuesta a la suya.

—Señoría —dijo sin tapujos—, tiene usted que parar. —Y se interrumpió al verle la sonrisa en la cara—. ¡Por Dios! ¿Por qué me miras de esa manera?

—Porque mañana todo el mundo en Londres sabrá que estamos prometidos. —Señaló el tablero y continuó—. Las mujeres empiezan.

—¿De qué hablas? ¡No estamos prometidos! —Ella frunció el ceño mientras adelantaba un peón dos casillas totalmente abstraída—. Y no me importa lo más mínimo lo que piense la gente.

—Delante de todos los presentes en la sala, me has invitado para estar a solas conmigo —señaló mientras adelantaba su peón—. La conclusión evidente es que estamos prometidos. Si hubiera sabido que iba a ser tan sencillo, me las habría apañado antes para que me invitaras a jugar al ajedrez.

__________ ojeó impacientemente el pasillo y adelantó otro peón.

—Eso es ridículo. No estamos solos, y las puertas están abiertas. Lady Fitzhugh nos puede ver perfectamente desde donde está sentada.

—No importa. Nos hemos ido a otra habitación y estamos manteniendo una conversación privada. Nadie que no esté prometido puede permitirse esa libertad. —Movió su caballo y le dijo esbozando una sonrisa—: ¿Cuando te estuviste informando de las normas de etiqueta, te perdiste esta parte?

—Tom, debes parar esto. El hecho de que necesite libros de etiqueta demuestra lo pésima duquesa que sería.

—Serás una duquesa estupenda cuando le pilles el truco. Todo lo que haces lo haces bien.

—Eso no es cierto, y de todas formas no es de lo que estamos hablando. No voy a casarme contigo.

—Si quieres sigue así, pero espero que un día te des cuenta de mi tormento y sientas pena de mí. —Apuntó al tablero—. Es tu turno.

—¿Por qué haces esto? —preguntó sin importarle para nada la partida—. ¿Porque soy una locura temporal? Y cuando pase esta locura, ¿qué le seguirá? ¿Volverá Marguerite a tu cama? ¿O quizá una nueva amante? Por cierto, ¿cuántas amantes has tenido ya?

—Más de una y menos de una docena.

—¿Has…? —se reprimió un instante y apartó la mirada. Tom sintió una chispa de esperanza cuando ella prosiguió—: ¿Has vuelto a ver a esa mujer?

Le importaba. Le debía de importar si había formulado esa pregunta. Él dijo la verdad.

—Sí, la vi una vez en el Row. A unos veinte metros de distancia. Ya le había enviado una carta comunicándole que nuestra relación había acabado. —Le cogió cariñosamente la barbilla con las manos, devolviendo su atención hacia él, y preguntó con gentileza—: ¿Acaso estamos jugando ahora a las Veinte Preguntas en vez de al ajedrez?

—No, pero… —Apartó su mirada de la suya y miró alrededor, como si estuviera pensando cómo expresar lo que quería decir—. Una vez dijiste que yo era un misterio, pero eres tú el que no ha revelado nada. Desde aquella cena con los Bennington yo te he contado muchas cosas sobre mí. Mi vida, mi trabajo, mi padre, mis… mis sentimientos hacia ti. Pero hasta ahora tú sólo me has contado pequeñeces. No te conozco lo suficiente como para casarme contigo.

—¿Qué querrías saber? Pregunta sin tapujos. Voy a entrevistarme para el puesto de marido.

—¡No te estoy entrevistando para ningún puesto! Y esta conversación me está demostrando que nada de lo que te pueda preguntar se puede satisfacer con palabras. Ni con flores. Tú no me amas. Tú sólo me ofreces tu nombre porque estás seguro de que con eso basta, y porque eres tan obstinado y arrogante y…

—¿Y dices que no me conoces lo suficiente como para casarte conmigo?

Se sintió ofendida y se levantó. Le dio la espalda y atravesó la alfombra persa en dirección a la chimenea. Echó una mirada a la otra habitación y se percató de que lady Fitzhugh estaba completamente concentrada en las cartas. Él se levantó de la silla y se acercó a __________, que estaba mirando el fuego. Se puso detrás de ella y le susurró al oído:

—Me conoces más de lo que crees, ____________. Nadie me conoce mejor que tú. Nunca nadie me conocerá mejor que tú.

Ella empezó a hablar, pero él la interrumpió al instante.

—Escúchame. Llevo toda la semana intentando decirte y demostrarte lo mucho que te deseo. Sé que las palabras no son lo más adecuado para convencerte, pero no sé otra manera de hacerlo. ¿Qué más puedo hacer, __________? —Le puso las manos en la cintura y la atrajo hacia él—. ¿Podría decírtelo con mi cuerpo?
 
CHICAS... aqui esta el capi.. espero les guste... pucha ya me esta dando pena... porque falta tan poco para el final.. que no quiero terminar jajaja xd... pero todo lo bueno tiene un final no ?? =D
 
Ahi veo si despues sigo con otra ficc.. a ver si el trabajo y el estudio me da un tiempo ajajja xd.
Las Quiero
Bye =)

4 comentarios:

  1. O.O justo lo dejas ahiii..!! (tn) sintiendo el deseo q siente Tom!!
    Vamos no te hagas de rogar (tn)!!
    Me emcanta siguela prontoo esta muy emocionante.. Igual me da penita q ya acabara pero quiero saber que pasara entte ellos!!

    Obvio tienes q seguir con otra fic .. Tu subes buenas fics ya? :D
    bye cuidate

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  2. hola! bueno esta genia lona la historia .. tienes que continuar con esta y con otras mas xD bueno ciodate y esa TN es mala!! ya que no se haga del rogar ¬¬

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  3. ay TN ya dile que si, y tu Tom ya dile que la amas!!! y porque lo dejas ahi?? siempre me quedo con ganas de más! jaja :3 que lastima que pronto acabara, espero de verdad que puedas subir otra
    cuidate y espero te vaya bien en la escuela y en tu trabajo
    bye :)

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  4. Tamara xq no has subidoo??
    Estas bien? :D

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