"CAPITULO 46"
—Y así fue como
llegamos a Marruecos —resumió ella.
Estaba allí
desnuda, tumbada a su lado contándole sus viajes como si fuera una guía
turística. Ella suponía que aquello no era lo más romántico que podía hacerse
después de hacer el amor, pero era bonito estar allí con él y ver la expresión
de su cara escuchándola con tanto interés.
—Envidio tus
viajes, __________ —dijo él, pasado un rato—, pero no logro entender a tu
padre. ¿En qué estaba pensando? Arrastrándote por África, trabajando hasta
quedarte en los huesos… Eso no debería ser una vida para nadie, pero
especialmente para una mujer. No puedo evitar recriminar a tu padre que no
fuera más precavido.
—No, no, tú no lo
entiendes. Él no fue tan descuidado como piensas, Tom. Yo insistí en quedarme
con él. —Giró la cabeza y se apoyó en la almohada mirándole—. Papá quería que
yo tuviera una vida mejor. Quería que viniera a Inglaterra, que la familia de
mi madre me reconociera, pero sus cartas, igual que la mía, fueron ignoradas.
El barón había desheredado a mi madre, la había echado incluso de su corazón, y
no iba a cambiar de opinión. Papá sugirió entonces que fuera a la escuela, pero
yo me negué a abandonarle. Él estaba tan solo cuando mi madre murió, me
necesitaba tanto… No iba a dejarle, no podía. Así que me quedé con él y me
convertí en su ayudante. Le quería y le ayudaba. Su trabajo y yo éramos su
razón de vivir y los dos fuimos felices juntos.
—Tu padre era más
fuerte que el mío —dijo él girando la cabeza para mirar al lecho—. A lo mejor
porque te tenía a ti.
Ella se incorporó,
apoyó un codo en la cama, con la mejilla descansando en la mano, y lo miró.
—Tu padre te tenía
a ti, Tom, y a Viola.
—Yo había mandado a
Viola a Cornualles, a casa de unos parientes. —Volvió la cabeza para mirarla—.
Y yo no fui suficiente para aliviar su dolor.
—Lo dudo. —___________
le acarició la mejilla y deseó que él confiara en ella y le contara la verdad—.
¿Qué le pasó a tu padre?
Tom se sentó,
descolgó las piernas por un lado de la cama y se levantó.
—Amanecerá dentro
de poco. Debería llevarte de vuelta.
___________ le
observaba y le dolió el corazón.
—¿Por qué no
quieres contármelo? A mí no me importa si se volvió loco, si ésa es la razón
por la que mantienes el silencio, yo…
—Deberías vestirte
—la interrumpió él, y se agachó para coger su camisa—. Si los sirvientes de
Russell Square se levantan y ven que no estás, todo el mundo sabrá dónde has
pasado la noche. O creerán que nos hemos fugado.
___________ no se
movió.
—¿Por qué no
quieres hablarme de él?
—Porque no quiero
hablar de ese tema, ___________ —le contestó mientras se vestía—. Nunca.
Ella se incorporó
en la cama y se acercó a él rodeándole la cintura con los brazos. Estaba tan
rígido como una estatua.
—Tom —susurró ella
mirándole la espalda—, tú me presionas constantemente para que sea más abierta,
para que comparta contigo lo que pienso y lo que siento, y tú te niegas a hacer
lo mismo conmigo. Para mí también es difícil hablar de mis más profundos
sentimientos, pero contigo lo he hecho. De algún modo, tú te has convertido en
mi mejor amigo. A pesar de mis esfuerzos por evitar que vieras todas mis
inseguridades tú has logrado que las supere. Creo que es porque, en lo más
profundo de mi alma, quiero que sepas quién soy yo. Eres la persona en quien
más confío en este mundo.
Él no se movió. No
respondió.
Ella le besó y notó
cómo, bajo la camisa de lino, sus músculos se tensaban. Dejó de abrazarle y se
apartó.
—Tom —le dijo a su
espalda—, se que eres una persona muy reservada, pero quieres que sea tu
esposa. Yo te he abierto mi corazón más de una vez, te he contado cosas que
moriría antes que revelárselas a otra persona. Si tú no puedes abrirte un poco,
si no puedes hacer lo mismo conmigo, aunque sólo sea un poquito cada vez, no
tenemos ninguna posibilidad de ser felices. Yo te amo, pero hasta que no seas
capaz de compartir tu vida conmigo, no me casaré contigo.
Él no le contestó,
pero ___________ sabía que eso no significaba que no le importara, sino que
tenía miedo. Igual que ella. Se vistió sin decir nada más y el camino hasta
Russell Square lo hicieron asimismo en silencio. No había nada más que decir.
___________ no
asistió a la inauguración del museo al día siguiente. En vez de eso, se fue con
Elizabeth y Anne a hacer un par de visitas y sus risas y sus charlas fueron una
agradable distracción.
Regresaron a casa
justo antes de las seis, y Mary apenas acababa de abrirles la puerta, cuando
lady Fitzhugh salió de la salita y gritó contenta:
—Queridas, ¡qué
alegría que hayáis vuelto! —Bajó corriendo la escalera sonriendo feliz. Sus
hijas y ___________ se quedaron en el vestíbulo, sorprendidas al ver a la
tranquila lady Fitzhugh tan excitada.
—¡Mamá! —exclamó
Elizabeth—. ¿Qué pasa?
—Debe de ser algo
muy bueno —dijo Anne—. ¿Por qué estás sonriendo, mamá?
Lady Fitzhugh
señaló la mesa que había tras ellas y las tres chicas se volvieron.
En una bandeja de
plata había una única rosa roja sin espinas. A su lado, una tarjeta de Tom.
—Otra flor para __________
—dijo Anne sonriendo—. ¿Por eso tienes una sonrisa tan ancha como el Támesis,
mamá? ¿Por una rosa?
—Es una rosa sin
espinas —dijo Elizabeth extasiada—, y es roja. Oh, __________, al fin.
—¿Qué significa? —preguntó
Anne.
—Amor a primera
vista —le dijo lady Fitzhugh, y se volvió hacia __________ poniéndole una mano
en el brazo—. Me avergüenzo de mí misma, querida, pero tenía que mirarlo en tu
pequeño libro, no podía esperar más. Él se ha ido del museo, siendo como era
hoy la inauguración, para traértela en persona. Cuando le he dicho que no
estabas aquí se ha quedado totalmente destrozado.
—¿___________?
—Elizabeth la miró—. Estás muy callada. Ahora ya no dudarás de sus
sentimientos, ¿no?
Ella no contestó.
Temblando, cogió la rosa y la miró ensimismada. Había esperado que él hiciera
algo pero ¿qué quería decir aquello? Ella recordaba perfectamente esa noche en
la antika en que ella le confesó que se había enamorado de él la primera vez
que le vio. ¿Estaba intentando decirle que también él se acordaba de esa
dolorosa confesión? ¿O le estaba confesando sinceramente su amor? Eso no tenía
sentido, porque era imposible que la amara desde el primer día que la vio. Ni
siquiera estaba segura de que la amara ahora.
A ___________ no le
importaba. Ella sí que lo amaba, y él había dado otro paso para acercarse. Era
curioso cómo una cosa tan sencilla podía ponerlo todo en su sitio. Esta vez,
ella iba a arriesgarse, iba a depositar todas sus esperanzas en él. No iba a
tener miedo de que le rompieran el corazón. No iba a preocuparse de si se
estaba equivocando. Cogió la flor y corrió hacia la puerta, dejándola abierta
al salir.
—¿Querida, adónde
vas? —preguntó lady Fitzhugh.
—¡Al museo!
—respondió ____________ gritando.
Se recogió las
faldas con una mano, llevando en la otra la rosa, corrió hacia su destino sin
importarle las miradas incrédulas de los que paseaban por el parque. Atravesó
la calle buscando un carruaje y, finalmente, uno se paró. Sonaban las siete
cuando le dio al cochero la dirección del museo de Tom. Una vez dentro, se
sentó e intentó recuperar la respiración. Apretaba la rosa y deseaba con todo
su corazón que el puesto de duquesa aún estuviera disponible.
CHICAS... aqui un nuevo capi... ahi yo creo que ya mañana será el último o el miércoles jejej ahi vere que hago... espero les guste el capi... porque ya queda la nada misma para el final...
Las Quiero
Bye =)
noooo ya se acerca el final!!!! :'( snif snif...
ResponderEliminarbueno... pero que emocion!!! que Tom al fin le esta declarando AMOR!!
a si! y como te fue en tu cumple??
te cuidas
bye:)
Awwww que emocion!! Al fin Tom practicamente se enamoroo!!
ResponderEliminarEsta hermosa la fic.. No quiero q acabe pero a la vez si para saber como terminaran..
Espero subas otras adaptaciobes :P
bye cuidate
Esta lindo!! Siguela!!! Noo quiero que acabe u.u
ResponderEliminar