"CAPITULO 40"
La mansión que Tom
tenía en Londres estaba ubicada en Grosvenor Square y era una muestra más de su
opulencia, él pasaba mucho tiempo en esa casa y reflejaba a la perfección su
personalidad, mucho más que sus otras propiedades. Las chimeneas eran de un
pálido mármol y las mullidas alfombras de colores sutiles con diseños
sencillos. Había gente que la describía como demasiado sobria, aburrida y más
intimidante que impactante. Para Tom eso era todo un cumplido.
Una de aquellas
mullidas alfombras estaba siendo muy castigada desde que había ido a visitar a __________
en Russell Square tres días antes. No dejaba de pasearse de arriba abajo por
delante de la chimenea de su estudio. Cada hora que pasaba estaba más
impaciente.
Cuando visitó la
casa de los Fitzhugh no tenía ninguna duda de que __________ le contestaría. Un
juego en el que utilizar el lenguaje de las flores, un lenguaje por el que ella
había mostrado mucho interés. Por fuerza tenía que estar intrigada, pero aún no
había recibido ninguna respuesta a su desafío. A ella le gustaba jugar tanto
como a él.
El primer día
después de su visita a Russell Square había seguido con su rutina, seguro de
que cuando llegara a casa encontraría allí su respuesta, pero no recibió nada.
Al final del
segundo día, aún no tenía ninguna respuesta, y empezó a preocuparle que ella no
respondiera a su desafío.
A las nueve de la
noche del tercer día, su confianza y su preocupación fueron sustituidas por un
profundo y oscuro sentimiento de incertidumbre. Ésa era una emoción nueva para
él y no le gustaba especialmente.
Ahora, se paseaba
delante del fuego, deseando con todas sus fuerzas que el hecho de que ella no
respondiera no significara que no tenía intención de hacerlo, y empezó a pensar
en una nueva táctica. Tenía que encontrar el modo de convencerla de que casarse
con él era la única opción posible. Él había creído que con el juego de las
flores, con su declaración previa de que iba a ganar, sería suficiente para
lograr que ella contestara, pero si no lo hacía tenía que encontrar otro modo.
De ninguna manera iba a abandonar.
La puerta del
estudio se abrió y Tom se detuvo cuando entró Quimby, su mayordomo en Londres.
—Dylan Moore está
aquí, señoría —le informó Quimby.
El mayordomo se
apartó de la puerta para dejar paso al compositor. Dylan era una de las pocas
personas que no tenían que pedir cita previa para visitar al duque. Él siempre
era bien recibido.
—Kaulitz, he venido
a suplicarte que vengas conmigo —dijo sin preliminares—. Ya no puedo soportar a
ninguna otra diva petulante más.
—¿Problemas con tu
nueva ópera? —preguntó Tom, pero con la cabeza en otra parte. No podía dejar de
pensar en todo lo que había dicho aquella nefasta noche hablando con Viola.
Tenía que encontrar el modo de convencer a ___________ de que ya no la veía de
ese modo. Ahora veía a aquella mujer bajo la lluvia. Veía su preciosa cara que
siempre intentaba esconder sus sentimientos, hasta que un día explotaba entre
risas o enfadada, y ese enfado solía dirigirse a él. La veía con aquel horrible
delantal mirando el fresco erótico y luego mirándolo a él con aquella mezcla de
seducción e inocencia.
—No, no tengo
problemas con la ópera, querido amigo, tengo problemas con su diva —le corrigió
Dylan—. Elena Triandos es una excelente soprano, pero es griega, y las divas
griegas son especialmente insoportables. Cuando me acuerdo de que fui yo quien
insistió en darle el papel principal, me…
La voz de Dylan se
perdió en la distancia mientras Tom giraba sobre sus talones y volvía a pasear
por la alfombra, mordiéndose una uña y pensando.
_________
necesitaba que la cortejara, y parecía que las flores no habían sido suficiente.
Ella nunca había tenido oportunidad de disfrutar de los placeres de la vida, y
Dios sabía que lo necesitaba. El modo en que su padre la había arrastrado por
todo el mundo sin poner nunca a su alcance las comodidades de la civilización
le disgustaba profundamente. __________ merecía algo más aparte de los jabones
perfumados, los bombones y el vestido rosa que se había comprado. Se merecía
todos los lujos que la vida era capaz de ofrecer, y él podía dárselos. Se juró
que, si tenía oportunidad, la colmaría de todo tipo de regalos. Lo único que
necesitaba era una respuesta.
«¿Y si me manda una
indiferente nota en la que educadamente me dice que me rechaza? Eso sería mucho
peor que si no me mandara nada.»
Sentía cómo la duda
lo estaba carcomiendo con cada minuto que pasaba sin tener noticias de ella.
¿Qué ocurriría si nada de lo que él pudiera hacer o decir fuera suficiente?
Negó con la cabeza. No, eso él no podía aceptarlo. No podía creerlo. Lo único
que tenía que hacer era encontrar la respuesta adecuada, las palabras justas
que decirle. No, no iba a rendirse.
—¿Qué es lo que te
tiene tan alterado que no puedes dejar de pasearte con esas ansias? —preguntó
Dylan mirándole—. ¿Algún problema político en la Cámara? ¿Algún problema en el
museo? Si es así, tiene que ser muy grave, nunca te había visto tan preocupado.
Tom miró distraído
a su amigo, pero no contestó. Lo que tenía que hacer era lograr estar a solas
con ella. Eso podría hacerla cambiar de opinión. Cuando visitó a Durand, le
contó cuáles eran sus intenciones. Estaba seguro de que a __________ no le
había gustado pero se había visto obligado a hacerlo. Sabía que si la sociedad
no la veía como a uno de ellos no la aceptarían, y ella sería la víctima
perfecta de aquellas lenguas viperinas. Por muy discretos que fueran los
Fitzhugh, no se podría mantener en secreto que la estaba cortejando. Tom
temblaba sólo de pensar que pudieran decir que era una oportunista que lo único
que quería era atrapar a un duque. Ya que dentro de poco todo el mundo creería
que estaban prometidos, quizá pudiera estar a solas con ella. Poder besarla,
tocarla, decirle lo preciosa que era por dentro y por fuera.
—¡Maldita sea, Tom!
Si das un paso más sin decirme lo que te pasa te juro que te doy una paliza.
Tom no tuvo
oportunidad de responder, porque en ese momento Stephens, uno de sus
sirvientes, apareció en la puerta con una caja de madera en las manos.
—Es de DeCharteres,
señoría —le informó el lacayo—. El señor Quimby me dijo que ya que usted había
estado preguntando si había llegado algo se lo subiera enseguida.
El alivio se
apoderó de todo el cuerpo de Tom. De repente sintió tal tranquilidad que tuvo
que cerrar los ojos y tomar aire. «Ya era hora.»
Abrió los ojos y le
indicó al sirviente que entrara en la habitación y dejara la caja encima de su
escritorio. Cuando salió, Tom se acercó a la mesa y la observó. No le importaba
lo que le hubiera mandado, el hecho de que le hubiera mandado algo ya le daba
esperanzas.
—¿DeCharteres?
—Dylan se acercó al escritorio, intrigado, pero sin entender aún nada—. ¿La
mejor floristería de Londres manda ahora huevos a la nobleza? ¿O quizá entre
tanta paja hay escondida una delicada papaya para tu famoso invernadero?
Tom estaba
demasiado ocupado sacando manojos de paja como para contestarle. Quería ver qué
le había mandado. Finalmente descubrió una maceta envuelta en papel. Cuando la
sacó, vio que tenía un aspecto lamentable. Sus hojas estaban secas y rotas y la
tierra seca. Se dio cuenta de que el sencillo tiesto que la contenía estaba
totalmente congelado y Tom empezó a reírse.
Su amigo miró la
patética planta y levantó una ceja.
—¿Qué demonios es
esto?
—Un regalo de una
joven dama —contestó él entre risas.
Una planta helada.
No había ninguna nota, pero no hacía falta. Muy propio de __________ pensar en
algo ingenioso y que diera justo en el clavo.
—Está muerta.
—Dylan señaló lo que era obvio mirando el aspecto que ofrecían las negras
hojas—. Y además está congelada. —Miró sorprendido a Tom—. ¿Esto es un regalo
de una dama y tú lo encuentras divertido?
—Sí, mucho
—contestó Tom sonriendo mientras acercaba aquella planta tan fea a la chimenea.
La colocó en el centro de la mesa—. Pero lo que es más importante: es un hecho
alentador. —Miró por encima del hombro a su amigo y añadió—: Ya que estás vestido
para la ocasión y me has suplicado que te distraiga de tus excéntricas divas,
puedes acompañarme.
—Claro, pero
¿adónde vamos?
—A Haydon Rooms.
Ahora fue el turno
de reírse de Dylan.
—Estás de broma.
Las Haydon Rooms son demasiado mundanas para ti, ¿no crees? Estará repleto de
chicas decentes buscando posibles prometidos. ¿Qué hombre medianamente
inteligente quiere conocer a una chica que piensa en el matrimonio?
Tom se dio la
vuelta para mirar a su amigo.
—Vamos a ver a mi
duquesa.
—Lady Sarah no
pondría nunca uno de sus delicados pies en un sitio como ése. Antes se muere. Y
tampoco creo que ella haya sido capaz de enviarte una planta muerta. —Se
interrumpió y estudió a su amigo durante un momento—. Has cambiado de idea. Has
escogido a otra. Dime que sí, te lo ruego.
—Sí, así es.
—Estoy oyendo cómo
cantan los ángeles, Tom. No estarás tomándome el pelo, ¿no? De cualquier modo,
estoy tan aliviado que no me importa. Así qué, ¿quién es tu nueva elección?
¿Qué tipo de futura duquesa acude a un baile en las Haydon Rooms y te manda una
planta muerta? ¿No será una chica del campo?
—Más o menos, pero
sería más preciso decir que es una chica de mundo.
—Me tienes
intrigado.
—Lo sé —respondió Tom
caminando hacia la puerta con su amigo pisándole los talones—. Estaba convencido
de que así sería.
CHICAS.. jajaja vieron la respuesta de TN.... Tom estaba nervioso por que algo llegara jajaj lo bueno es que pronto se encontraran nuevamente jaja xd.. y hay que ver que planea Tom xd...
Espero les guste el capi..
Las Quiero
Bye =)
PD: Jenni podriamos hacer un baby shower virtual porque no jajaj ahi le contamos a la Ale.
Awww esta emocionantee la fic :D
ResponderEliminarya quiero q se vean te jurooo quiero saber que pasaa cuando se vean!!
Siguelaaa :D
tamara claro a ver q dice Alee para su baby shower :D hahahahahaha
bye cuidte
ESTA EMOCIONANTE .. SIGUELA AL RATITO LA LEO EN MI COMPUTADOR .. CUIDATE BYE
ResponderEliminarme muero!!! dios ahora que hara tom ???
ResponderEliminarTamitha sigue pronto por favor que me va a dar un paro con
tu historia XDD
chao
cuidate...
mi inetrent ha estado del asco y no me dejaba comentar T_T pero ya que volvio te digo que me encanta!!! esta super intrigante y cada vez me emociono mas por el entusiasmo que muestra Tom :D lo amooo!!!!
ResponderEliminar