Mi Amor Platonico

Mi Amor Platonico
Y el amor roto, cuando vuelve a nacer, crece
más bello que el primero, más fuerte, más grande.


miércoles, 27 de marzo de 2013

"CAPITULO 42"




A pesar de sus afirmaciones, ___________ no había olvidado la noche que pasaron juntos, ni a él, y no podía creer que él así lo pensara. Esos momentos estaban grabados para siempre en su mente. Los recuerdos de cómo la había besado, de cómo le había hecho el amor, la gloriosa sensación de sus manos, de su boca. El acto en sí mismo, el placer y el deseo que sintió, los recordaba a todas horas. Ella nunca podría olvidarle. Además, en las dos semanas que siguieron al baile en las Haydon Rooms él no se lo permitió.

Al día siguiente de bailar juntos, él le mandó doce ramos variados de tulipanes y romero para decirle que admiraba sus preciosos ojos y que se acordaba de la primera vez que se lo había dicho. Cada ramo iba en un hermoso jarrón de cristal con un lazo del que colgaba una pequeña horquilla de oro para el pelo. _________ tocó uno de esos bellos adornos recordando exactamente lo que él quería que recordara; el día en que la había peinado.

«El cabello de una mujer puede convertirse en una obsesión para un hombre.»

¿Se estaría él imaginando cómo quedaría su pelo encima de su almohada?

Esa noche había sido cuando él le confesó que tenía miedo del amor, y que temía enamorarse.

El regalo era tan exagerado y tan caro que lo apropiado seria devolverlo todo: flores, jarrones y horquillas del pelo. Al final, se quedó con las flores y le devolvió el resto, con una nota en la que le recordaba que no podía aceptar regalos, y mucho menos tan caros, porque si lo hacía todo el mundo pensaría que estaban prometidos, y no era así.

Unos días más tarde, doce ramos de dicanias proclamaban la pasión que sentía por ella y le recordaban su picnic, en el que ella le describió las colinas de Creta. Pero esta vez, sólo estaban atados con unos lazos de seda, no había ni jarrones ni horquillas para el pelo.

Al cabo de unos días, llegaron doce ramos más. Éstos de flores de melocotón.

«Me tienes cautivo», leyó Elizabeth en el libro que sostenía entre las manos, y se acercó al ramo que ___________ tenía en su habitación para poder olerlas mejor.

—También significan «estoy a tu disposición». —Con un suspiro, se apartó del ramo y se tumbó en la cama de _________—. Yo me enamoraría de un hombre que me dijera esas cosas.

—Está diciendo tonterías —contestó __________ mientras se escurría el pelo mojado y hacía que el agua cayera encima de las flores que había sobre su mesa—. «Estoy a tu disposición» —repitió, y se cubrió el pelo con una toalla—. Como si Tom pudiera pensar algo tan ridículo.

Se dio la vuelta y al ver el nuevo ramo de flores se acordó de la noche en que negociaron sobre las gafas. Se cubrió la boca con las manos.

«No se da cuenta del poder que tiene sobre mí.»

Al recordar esa noche, la invadió de nuevo el deseo, aquella cálida sensación que se apoderaba de todo su cuerpo cuando él la acariciaba.

—Pero ¿eso no te ablanda el corazón? ¿Ni siquiera un poquito? —preguntó Elizabeth.

___________ negó con la cabeza y miró preocupada a su amiga.

—No lo dice en serio.

—¿No crees que sea sincero?

—¡No lo sé! —contestó exasperada—. No hablemos más del tema.

Elizabeth no volvió a mencionar el asunto y el resto de la familia Fitzhugh guardó también un respetuoso silencio, pero cuando llegaron doce limoneros indicando la inconfundible intención que tenía el duque de casarse con ella, sir Edward preguntó divertido si aquellas demostraciones de afecto seguirían así hasta Navidad. Porque si ésa era la intención del duque, ya temía que fueran a recibir doce abetos.

Además de las flores que ___________ recibía, a la mansión llegaban cada día cientos de cartas e invitaciones. Tanta gente acudía de visita a Russell Square que el pequeño saloncito a menudo no podía acomodarlos a todos. Las visitas hablaban delicadamente sobre bodas o compromisos, pero nadie era nunca tan atrevido como para preguntar directamente por los rumores que circulaban sobre ella. No se había anunciado ningún compromiso, pero todo el mundo interpretaba el silencio de ___________ como una señal de que quería ser discreta, y nadie creía que pudiera ser cierto que le había rechazado.

El barón los visitaba a menudo durante la semana, a veces se quedaba a charlar y otras la invitaba a dar un paseo para así poder conocerse mejor. __________ no sabía si lo hacía porque de verdad sentía cierto cariño por ella o si lo único que quería era parecer un abuelo atento. En cualquier caso, Durand estaba convencido de que, a pesar de sus negativas, _________ sería pronto la esposa de un duque.

Esa convicción se veía reforzada por las páginas de sociedad de los periódicos de Londres, ya que todos daban por hecho que ella aceptaría la proposición de Tom. El decoro le impedía desmentirlos públicamente, así que la única opción que le quedaba era esperar que se cansaran de hablar de eso.

En cualquier caso, durante la segunda semana de su inusual cortejo, las especulaciones no sólo no cesaron, sino que aumentaron considerablemente. Todo el mundo se enteró de lo de los doce limoneros y de que Tom estaba usando el libro de Charlotte de la Tour como guía. Al cabo de unos días, todas las librerías de Londres se llenaron de ejemplares, y mucha gente iba a pasear por Russell Square con la esperanza de ver llegar a casa de sir Edward Fitzhugh el nuevo ramo de flores que el duque le mandaba a la señorita Wade.

Había un gran foro de discusión sobre los orígenes de __________, que eran muy inferiores a los del duque. También se habló de la fuga de sus padres y del intento del barón de ocultarlo diciendo que su hija se había ido a estudiar a Italia. Una o dos personas se atrevieron a insinuar que sus padres no se habían casado, pero esos rumores se acallaron enseguida.

Empezaron a circular las más increíbles historias sobre su vida en África, y de cómo había llegado a trabajar para el duque, restaurando antigüedades y haciendo los dibujos para su museo.

Se comentó su belleza demasiado común, su falta de dote, y su falta de influencias. Todo con la intención de señalar lo inadecuada que era como duquesa y sugiriendo que quizá el duque Tom de Tremore no estaba acertando en su elección.

__________ hacía todo lo posible por ignorar las cosas horribles que decían sobre ella, pero no soportaba que la observaran constantemente. No podía ir a ningún sitio sin ser estudiada y analizada. Empezaba a entender lo que Tom le había dicho respecto a lo pesada que podía ser su vida.


CHICAS... aqui esta un nuevo capi.. y sorry por no publicar ayer.. pero es que el estudio la verdad no me deja tiempo.. y como saben tambien trabajo y llego muy tarde a mi casa... y no tengo tiempo la verdad para pensar en otras cosas... esperon entiendan ^^..

Las Quiero
Bye =)

1 comentario:

  1. Yaa (tn) acepta de una vez!!
    Soii me desesperooo . ..Esta hermosa la fic.

    Siguelaaa :D bye cuidate

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