"CAPITULO 6"
La mención de la
familia de su madre le trajo recuerdos de un día horrible en Tánger y de la
carta que había recibido de unos abogados de Londres, dos meses después de la
muerte de su padre.
Gracias por el
interés que ha mostrado por lord Durand con relación a cierta lady __________,
de soltera Jane Durand, de quien usted afirma que era la esposa de sir Henry
Wade. Su afirmación es imposible, ya que la honorable señorita Durand
permaneció soltera hasta su fallecimiento, en la finca de su padre en Durham,
en 1805, a
la temprana edad de veinte años. No hay ninguna posibilidad de que pudiera ser
su madre, y lord Durand lamenta no poder serle de mayor ayuda en este asunto.
Cualquier otro intento de obtener dinero o protección del señor será inútil.
Al acordarse de la
carta, volvió a sentir todo el miedo que sintió entonces, el nudo que le
apretaba el estómago al pensar que estaba sola, que el dinero se le estaba
acabando, que nadie iba a ayudarla y que ya no poseía nada de valor. Nada,
excepto el pasaje a Inglaterra.
___________ alejó
los recuerdos de ese día en Tánger. No quería hablar sobre la familia de su
madre o sobre la vergüenza de sentirse ignorada y rechazada.
—Mamá nunca hablaba
de sus parientes.
—Algo tuvo que
decirte.
Presionada, ___________
admitió:
—Sé que mi abuelo
era un barón, pero nada más. Mi madre murió cuando yo tenía ocho años, y mi padre
y yo nunca hablamos de él.
—Un barón. ¿Sabes
al menos su nombre, o dónde vivía?
—No —mintió.
—Pero ¡eso es
sorprendente! ¿Qué clase de padre deja a su hija sin familia, sin recursos y
sin protección al morir, y sin decirle a quien puede acudir?
—¡Mi padre no era
tan inconsciente como lo describes! —gritó ___________, obligada a defender a
su padre—. Era un hombre vital, no podía imaginarse que iba a morir tan de
repente. Era el padre más cariñoso que nadie podría tener, y me insulta que
digas lo contrario.
Viola calló. Al
cabo de un momento dijo:
—Has hecho bien en
reprenderme, __________. Me siento avergonzada. Mi única excusa es que me
preocupa ver a una chica joven sola, sin protección, obligada a trabajar, pero
no he debido entrometerme en tus cosas. Por favor, acepta mis disculpas.
En verdad parecía
avergonzada, y ___________ recapacitó.
—Por supuesto.
—¿Os quedasteis en
Creta después de la muerte de tu madre?
—No, nos fuimos de
la isla unos meses más tarde. Papá no podía quedarse allí. Demasiados recuerdos.
Se le rompió el corazón cuando mamá murió.
—¿Y el dolor le
obsesionó? —preguntó Viola, en un tono algo agresivo—. Eran felices, pero
cuando ella murió ¿él abandonó sus obligaciones, a sus hijos? ¿Acaso su pena le
hizo perder el juicio?
___________ estaba
sorprendida ante ese repentino cambio de tono de la conversación.
—¡Qué preguntas tan
raras haces! Claro que estaba triste, pero nunca abandonó sus obligaciones.
Nunca me ignoró, ni perdió el juicio.
Viola sacudió la
cabeza como si diera por concluida una conversación privada.
—Confieso que
estaba pensando en otra persona. Lo siento. ¿Adónde fuisteis cuando dejasteis
Creta?
—A Palestina.
También estuvimos en Petra, Siria, Mesopotamia, Túnez y Marruecos. Las grandes
excavaciones suelen durar varios años, pero después de la muerte de mi madre,
mi padre era incapaz de pasar mucho tiempo en el mismo lugar.
—Pero ¿y qué pasaba
con vuestra vida social?
—Nunca tuvimos
mucha. Alguna cena ocasional con unos amigos de papá en Roma, eso es todo.
—¿Ninguna fiesta?
¿Ningún baile?
—Me temo que no. —__________
negó con la cabeza, sonriendo—. Ni siquiera sé bailar. No hay muchas ocasiones
para hacerlo en medio del desierto. Estoy más acostumbrada a la compañía de
asnos, camellos, árabes y viejos y pesados arqueólogos.
—Has tenido una
vida fascinante, ___________, pero hay tantos placeres que te has perdido…
—Tal vez, pero he
disfrutado cada instante. Echo de menos a mi padre, pero creo que a él le
habría gustado que viniera a Inglaterra una vez él hubiera muerto. Quería que
conociera este país. Por eso aceptó la oferta del duque para venir aquí.
—¿Has estado en
Londres?
—No. Viajé con una
caravana de especias desde Marruecos a Tánger, Luego tomé un barco hasta
Portsmouth y de allí vine directamente a Tremore Hall.
—¡Una caravana de
especias! —Viola empezó a reír.
__________ la miró
perpleja.
—¿He dicho algo
divertido?
Aún riendo, la otra
mujer negó con la cabeza.
—¿Divertido? ¡Oh, __________!,
dices las cosas más extraordinarias sin inmutarte; como si viajar en caravanas
fuera lo más normal del mundo.
—Bueno, es normal
—contestó ella uniéndose a su risa—, aunque quizá no aquí, en Hampshire.
Las risas se fueron
calmando y la vizcondesa miró pensativa a ___________.
—Marruecos,
Palestina, Creta. No puedo evitar pensar que debes de encontrar Tremore Hall
bastante aburrido en comparación.
—¡Oh, no! Para mí,
vivir aquí es un lujo que aún no me puedo creer. Debo reconocer que dormir en
un colchón de plumas es mucho mejor que en un saco en una choza de piedra o en
una tienda en el desierto.
—Cielos, me imagino
que cualquier mujer lo cree. ¿Así que te gusta estar aquí?
—Sí, me gusta.
Cuando llegué a Inglaterra tenía la extraña sensación de que volvía a casa,
aunque nunca hubiera estado aquí. Todo en Inglaterra es tan fresco, tan verde,
tan bonito comparado con los áridos desiertos en los que he vivido… Es como mi
madre decía que era. No quisiera irme nunca.
—¿Y qué piensas de
Tremore Hall?
—Me temo que no he
visto demasiado. He estado muy ocupada con los trabajos de la excavación y no
he tenido tiempo para explorar, aunque he paseado varias veces por los
jardines. Es una propiedad espléndida, pero intimida un poco cuando llegas por
primera vez.
—Sí —confirmó
Viola—, sé a lo que te refieres. Cuando era niña, estuve en un internado en Francia
varios años. Al vivir fuera, me olvidaba de lo intimidante que era, pero lo
recordaba en cuanto volvía. Tom nunca me dejaba cambiar nada. La historia
familiar y todas esas cosas.
—Puedo entenderlo.
—Sí, claro, ____________,
pero tú también entiendes su afición por las vasijas de barro. Si ésta fuera tu
casa, sin duda serías como Tom, y te negarías a redecorar nada.
A ___________ se le
cortó la respiración al sentir cómo una oleada de anhelo la inundaba ante el
inocente comentario, pero la apartó de golpe. Aquélla no era su casa. Ella no
tenía casa.
—Hay una cosa que
sí cambiaría —contestó, obligándose a sonar relajada—. Quitaría esas horribles
gárgolas de la escalera principal y las tiraría a la basura.
—Son horribles.
Cuando era pequeña me causaban pesadillas. Quizá cuando Tom se case, su duquesa
las tire para que sus niños no tengan miedo.
A ___________ se le
representó la imagen de Tom con su duquesa y sus niños pero la apartó de su
mente, levantando la barbilla para disimular su expresión.
—¿Y a ti te
gustaría casarte? —preguntó Viola, interrumpiendo sus pensamientos.
—Yo… —respiró hondo
y se agachó debajo de la mesa para sumergir otra vez el pincel en el agua—,
nunca lo he pensado —contestó, a la vez que se incorporaba. Reanudó su trabajo
y no miró a la mujer que tenía enfrente—. No es probable que ocurra nunca.
—¿Por qué dices
eso?
—Soy consciente de
que soy una mujer corriente, y ya un poco mayor a mis veinticuatro años. Tengo
pocas oportunidades de conocer gente nueva. Y si me casara, sería sólo por un
gran, profundo y duradero amor. Así que ya lo ves —añadió, levantando la vista
y sonriendo levemente—, lo tengo absolutamente todo en contra.
Viola no contestó,
pero __________ podía notar cómo su nueva amiga la miraba mientras ella
centraba de nuevo la atención en su trabajo. Pasados unos minutos, Viola rompió
el silencio.
—Es una pena que no
hayas estado en Londres.
__________ levantó
la vista sorprendida por el cambio de tema.
—Me gustaría, quizá
vaya algún día. ¿Vives allí con tu esposo?
—Depende de la
época del año —contestó Viola—. Yo paso el otoño y el invierno en Enderby,
nuestra finca en Chiswick, a las afueras de Londres. Mientras, Hammond está en
Hammond Park, en Northumberland. En primavera, alquilamos una casa en la
ciudad, donde pasamos juntos la temporada social. En verano, yo voy a Brighton
y Hammond regresa a Northumberland. Es un arreglo que nos conviene a ambos, ya
que sólo nos exige pasar juntos unos pocos meses al año. Lo suficiente para
mantener las apariencias.
__________ estaba
sorprendida, pero lo disimuló. Sentía compasión por su nueva amiga.
—Ya veo —murmuró.
—Yo mantengo
Enderby muy animado en invierno —continuó Viola con cierto tono de amargura—.
Celebro fiestas constantemente a las que asiste mucha gente, no me gusta estar
sola. —Se interrumpió y rió entrecortadamente—. Mírame, aquí compadeciéndome.
Debería avergonzarme. Mi única excusa es que eres una gran oyente, ___________.
—No tienes que
avergonzarte de sentirte sola —dijo __________ amablemente—. Yo también sé lo
que es estar sola. Gran parte de mi vida la he pasado en desiertos, lejos de
cualquier sitio; lugares en los que yo era la única mujer inglesa en kilómetros
a la redonda. Papá y yo estuvimos un invierno en Roma, y, mientras él pasaba el
tiempo con otros académicos y restauradores, yo vagaba por bibliotecas y
museos, leyendo todo lo que podía encontrar sobre Inglaterra. Historia,
política, sociedad, costumbres. Me encantaría poder conocer Londres algún día.
—Oh, ___________,
¡me gustaría tanto ser yo quien te la enseñara! Es una ciudad tan excitante… Me
encantaría que pudieras venir conmigo cuando me vaya a Enderby. Serías muy
buena compañía, y Chiswick está a sólo una hora de camino de Londres. Si
estuvieras allí durante la temporada, podrías venir con nosotros a la ciudad, y
te presentaría en sociedad. Incluso podríamos encontrar a la familia de tu
madre.
—Eso es imposible
—contestó ___________. Tom estaba allí, y ella no podía imaginarse abandonando
Tremore Hall en un futuro próximo—. Aún tengo mucho que hacer.
—El museo de Tom
abrirá en marzo. ¿No podrías venir entonces?
—No. Aunque el
museo esté abierto, tendré que continuar trabajando en la excavación. Dudo que
esté completamente acabada antes de cinco años.
—Lo entiendo, pero
es una auténtica pena. —De repente, Viola suspiró contrariada—. Oh, Dios, tengo
que volver. Si mi hermano descubre que me he escapado de su excavación se
disgustará conmigo. Él siempre trata de que me interese por cosas
intelectuales.
Viola se dirigió a
la puerta, pero de camino se volvió y la miró una vez más.
—Otra cosa, ___________:
tú sabes que la belleza no significa nada.
____________ vio
cómo su nueva amiga desaparecía en el pasillo, y sonrió un poco forzadamente.
—Las mujeres guapas
siempre dicen eso —murmuró hacia la puerta vacía.
CHICAS... aqui con un nuevo capi.. ahiii yo creo que el lunes les subo el capí donde Tom dice algo de TN... que a nadie le agradara...... pero se tendran que aguantar jajaj
espero les guste el capi.
Cuidence
Bye =)
que mala eres mas encima nos dices que vamos a sufrir,, pero me encanto el capitulo.
ResponderEliminarenserio si vamos a sufrir??? hay... Tamitha que eres mala... jeje me gusto mucho el capi sube pronto.
ResponderEliminarbye
cuidate
:D
como que no me va a agradar Tami?? espero que no me den ganas de golpear a Tom en su orgullo... jaja esperare el capitulo :)
ResponderEliminarbesos
Tamithaa siguelaaa esta hermosa.. Igual uede intrigada con la familia de de la mamá de (tn).. Hay Tom cuida tus palabras ahhhaha.
ResponderEliminarBye cuidate :D
ooooooooooohhhhh por dios! esta fascinante tu historia ... como es que tom dira algo de ella -.- mientras no le diga cuatro ojos o tonta todo esta bien aunque ya me imagino no que dira ¬¬ malvado! sale nena cuidate y que estes bien, chau :D
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