"CAPITULO 1"
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apoyó los codos en el alféizar de la ventana y levantó el catalejo de latón.
Utilizar ese aparato con las gafas era difícil, así que se las quitó y las dejó
en la repisa. Volvió a acercarse el catalejo y, desde la distancia, escudriñó
toda la excavación, buscando a Tom entre los trabajadores.
Siempre
que pensaba en él lo hacía usando su nombre. Cuando le hablaba, lo llamaba
«señor», como todo el mundo, pero en su cabeza y en su corazón, él siempre era Tom.
Éste estaba
hablando con el señor Bennington, el arquitecto de la excavación, y con sir
Edward Fitzhugh, el vecino más cercano del duque y anticuario amateur como él.
Los tres hombres estaban en medio de unos campos de la excavación, rodeados de
muros, columnas rotas y restos de lo que había sido una villa romana. En ese
momento, discutían sobre el mosaico que se hallaba bajo sus pies y que habían
descubierto los trabajadores esa misma mañana.
Cuando ___________
localizó la fuerte figura de Tom, sintió un familiar vuelco en el corazón, una
mezcla adictiva de placer e incomodidad. Era una combinación que, cuando estaba
en su presencia, le trababa la lengua y le hacía querer fundirse con su
entorno, pasar desapercibida; en cambio, cuando lo contemplaba como ahora,
deseaba convertirse en el centro de toda su atención. El amor, pensaba, debería
ser una cosa agradable, cálida, dulce, no algo que dañase el corazón con su
intensidad.
___________ sentía
esa intensidad ahora, mientras lo observaba. Cuando estaba en Tremore Hall, él
pasaba siempre dos o tres horas al día trabajando junto al señor Bennington y
el resto de los hombres en la excavación. Algunas veces, si ella no estaba en
las ruinas y la tarde de agosto era excepcionalmente cálida, Tom se quitaba la
camisa. El día era muy caluroso.
Para __________, él
casi formaba parte de la excavación romana que lo rodeaba. Era como una
escultura. Con su poca frecuente altura de más de metro ochenta, sus anchos
hombros y desarrollados músculos, pese a su cabello oscuro y su piel bronceada
parecía un dios romano esculpido en mármol. Ella lo miraba mientras los tres
hombres continuaban discutiendo sobre el mosaico, y tuvo la extraña sensación
que experimentaba cada vez que lo veía, y que hacía que le costara respirar y
que su corazón se acelerara como si hubiera estado corriendo.
Sir Edward trató de
mover una urna que tapaba parte del mosaico, pero Tom se lo impidió y la
levantó él mismo. A __________ le encantaba esa caballerosidad, que sólo
reafirmaba la buena opinión que ya tenía de él. Quizá fuera duque, pero no
permitía que un hombre como sir Edward, mucho mayor que él, pudiera hacerse
daño.
Tom llevó la urna hacia
el carro que había cerca y la colocó junto a una serie de ánforas de vino
rotas, estatuas de bronce, fragmentos de frescos y otros descubrimientos. Al
final del día, trasladarían las piezas a un edificio cercano, donde se
almacenaban todos los objetos a la espera de que __________ pudiera
restaurarlos, dibujarlos y catalogarlos para la colección de Tom.
El ruido de pisadas
acercándose a la biblioteca la distrajo de sus clandestinas observaciones.
Plegó el catalejo y, apartándose de la ventana, se lo guardó en el bolsillo del
delantal. Cuando Ella, una de las muchas doncellas que trabajaban en Tremore,
entró en la estancia, __________ estaba sentada a su escritorio, con un libro
de cerámica romano-inglesa delante, simulando que trabajaba.
—He pensado que
quizá querría un poco de té, señorita Wade —dijo Ella mientras dejaba una taza
y la tetera en el gran escritorio de __________, al lado de las montañas de
libros de antigüedades romanas y de latín.
—Gracias, Ella
—contestó, tratando de sonar muy concentrada.
La doncella se
volvió para irse.
—Creía que no podía
ver sin sus gafas, señorita —dijo por encima del hombro—. No creo que le sean
de mucha utilidad allí, en la repisa de la ventana.
La doncella
desapareció en el pasillo y ___________ escondió su sonrojada cara entre las
páginas del libro. «Me han vuelto a pillar.»
Aun así, ¿quién
podría culpar a una chica tímida, discreta y sencilla que pasaba la mayor parte
de su tiempo enterrada entre trastos viejos y libros de latín, por estar enamorada
de su patrón cuando éste era tan atractivo?
____________ se
desperezó en su silla con un suspiro y, a continuación, con la barbilla apoyada
en la mano, miró al vacío; soñaba con cosas que sabía que nunca se harían
realidad.
Él era un duque, se
recordaba ___________ a sí misma, y ella trabajaba para él. La había contratado
hacía ya cinco meses, y le pagaba el generoso salario de cuarenta y ocho libras
al año por restaurar frescos, mosaicos y antigüedades, y por confeccionar un
catálogo para el museo que él estaba construyendo en Londres. Era un trabajo
exigente, con un patrón exigente, pero estaba contenta. Hacía todo lo que se le
pedía, no sólo porque era su trabajo, sino también porque estaba enamorada de
él, y amarlo era para ella un
placer secreto y oculto.
CHICAS.... sorry por no haber puesto el primer capi ayer.. pero es que me llego visita a mi casa... arta.. asi que no pude entrar ayer al blogg ¬¬.. pero hoy dia si o si tenia que subir... en todo caso estoy en el pc de mi prima xd jajaja espero les guste el primer capi... el lunes subo el segundo.....
Las Quiero
Bye =)
aaa me encanto me dejaste intrigada como siempreee ya quiero saber que pasaraaaa cuidate besotessssss.
ResponderEliminarmmm... ese Tom siempre tan encantador, espero subas pronto llevo un capitulo y ya me estoy enamorando de la fic y del duque ;)
ResponderEliminarObvio quien no miraria..
ResponderEliminarMe encantaa.. Sii ssube ni bien piedas :D
bye cuidate