Mi Amor Platonico

Mi Amor Platonico
Y el amor roto, cuando vuelve a nacer, crece
más bello que el primero, más fuerte, más grande.


sábado, 19 de enero de 2013

"CAPITULO 1"




__________ apoyó los codos en el alféizar de la ventana y levantó el catalejo de latón. Utilizar ese aparato con las gafas era difícil, así que se las quitó y las dejó en la repisa. Volvió a acercarse el catalejo y, desde la distancia, escudriñó toda la excavación, buscando a Tom entre los trabajadores.

Siempre que pensaba en él lo hacía usando su nombre. Cuando le hablaba, lo llamaba «señor», como todo el mundo, pero en su cabeza y en su corazón, él siempre era Tom.

Éste estaba hablando con el señor Bennington, el arquitecto de la excavación, y con sir Edward Fitzhugh, el vecino más cercano del duque y anticuario amateur como él. Los tres hombres estaban en medio de unos campos de la excavación, rodeados de muros, columnas rotas y restos de lo que había sido una villa romana. En ese momento, discutían sobre el mosaico que se hallaba bajo sus pies y que habían descubierto los trabajadores esa misma mañana.

Cuando ___________ localizó la fuerte figura de Tom, sintió un familiar vuelco en el corazón, una mezcla adictiva de placer e incomodidad. Era una combinación que, cuando estaba en su presencia, le trababa la lengua y le hacía querer fundirse con su entorno, pasar desapercibida; en cambio, cuando lo contemplaba como ahora, deseaba convertirse en el centro de toda su atención. El amor, pensaba, debería ser una cosa agradable, cálida, dulce, no algo que dañase el corazón con su intensidad.

___________ sentía esa intensidad ahora, mientras lo observaba. Cuando estaba en Tremore Hall, él pasaba siempre dos o tres horas al día trabajando junto al señor Bennington y el resto de los hombres en la excavación. Algunas veces, si ella no estaba en las ruinas y la tarde de agosto era excepcionalmente cálida, Tom se quitaba la camisa. El día era muy caluroso.

Para __________, él casi formaba parte de la excavación romana que lo rodeaba. Era como una escultura. Con su poca frecuente altura de más de metro ochenta, sus anchos hombros y desarrollados músculos, pese a su cabello oscuro y su piel bronceada parecía un dios romano esculpido en mármol. Ella lo miraba mientras los tres hombres continuaban discutiendo sobre el mosaico, y tuvo la extraña sensación que experimentaba cada vez que lo veía, y que hacía que le costara respirar y que su corazón se acelerara como si hubiera estado corriendo.

Sir Edward trató de mover una urna que tapaba parte del mosaico, pero Tom se lo impidió y la levantó él mismo. A __________ le encantaba esa caballerosidad, que sólo reafirmaba la buena opinión que ya tenía de él. Quizá fuera duque, pero no permitía que un hombre como sir Edward, mucho mayor que él, pudiera hacerse daño.

Tom llevó la urna hacia el carro que había cerca y la colocó junto a una serie de ánforas de vino rotas, estatuas de bronce, fragmentos de frescos y otros descubrimientos. Al final del día, trasladarían las piezas a un edificio cercano, donde se almacenaban todos los objetos a la espera de que __________ pudiera restaurarlos, dibujarlos y catalogarlos para la colección de Tom.

El ruido de pisadas acercándose a la biblioteca la distrajo de sus clandestinas observaciones. Plegó el catalejo y, apartándose de la ventana, se lo guardó en el bolsillo del delantal. Cuando Ella, una de las muchas doncellas que trabajaban en Tremore, entró en la estancia, __________ estaba sentada a su escritorio, con un libro de cerámica romano-inglesa delante, simulando que trabajaba.

—He pensado que quizá querría un poco de té, señorita Wade —dijo Ella mientras dejaba una taza y la tetera en el gran escritorio de __________, al lado de las montañas de libros de antigüedades romanas y de latín.

—Gracias, Ella —contestó, tratando de sonar muy concentrada.

La doncella se volvió para irse.

—Creía que no podía ver sin sus gafas, señorita —dijo por encima del hombro—. No creo que le sean de mucha utilidad allí, en la repisa de la ventana.

La doncella desapareció en el pasillo y ___________ escondió su sonrojada cara entre las páginas del libro. «Me han vuelto a pillar.»

Aun así, ¿quién podría culpar a una chica tímida, discreta y sencilla que pasaba la mayor parte de su tiempo enterrada entre trastos viejos y libros de latín, por estar enamorada de su patrón cuando éste era tan atractivo?

____________ se desperezó en su silla con un suspiro y, a continuación, con la barbilla apoyada en la mano, miró al vacío; soñaba con cosas que sabía que nunca se harían realidad.

Él era un duque, se recordaba ___________ a sí misma, y ella trabajaba para él. La había contratado hacía ya cinco meses, y le pagaba el generoso salario de cuarenta y ocho libras al año por restaurar frescos, mosaicos y antigüedades, y por confeccionar un catálogo para el museo que él estaba construyendo en Londres. Era un trabajo exigente, con un patrón exigente, pero estaba contenta. Hacía todo lo que se le pedía, no sólo porque era su trabajo, sino también porque estaba enamorada de él, y amarlo era para ella un placer secreto y oculto.



CHICAS.... sorry por no haber puesto el primer capi ayer.. pero es que me llego visita a mi casa... arta.. asi que no pude entrar ayer al blogg ¬¬.. pero hoy dia si o si tenia que subir... en todo caso estoy en el pc de mi prima xd jajaja espero les guste el primer capi... el lunes subo el segundo.....

Las Quiero
Bye =)

3 comentarios:

  1. aaa me encanto me dejaste intrigada como siempreee ya quiero saber que pasaraaaa cuidate besotessssss.

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  2. mmm... ese Tom siempre tan encantador, espero subas pronto llevo un capitulo y ya me estoy enamorando de la fic y del duque ;)

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  3. Obvio quien no miraria..
    Me encantaa.. Sii ssube ni bien piedas :D
    bye cuidate

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