Mi Amor Platonico

Mi Amor Platonico
Y el amor roto, cuando vuelve a nacer, crece
más bello que el primero, más fuerte, más grande.


jueves, 28 de marzo de 2013

"CAPITULO 43"




Pero él seguía echando leña al fuego. El día de la partida de cartas en casa de los Fitzhugh otro arreglo floral llegó a Russell Square.

—¡Es imposible! —dijo __________ mirando cómo dos hombres entraban un enorme ramo de flores con todos los colores del arco iris.

Lady Fitzhugh tuvo que despejar toda una esquina de la habitación para hacer sitio al enorme ramo que, como mínimo, medía un metro de ancho por un metro y medio de alto, y no cabía en el pequeño vestíbulo. Cuando hubieron acabado de instalarlo, los dos hombres que lo habían entregado se fueron. Elizabeth y Anne examinaron entusiasmadas las flores y ___________ miró exasperada a lady Fitzhugh.

—¿Qué voy a hacer? —preguntó desesperada—. No acepta un no como respuesta.

—¿Vas a rechazarle? —se sorprendió Anne—. Oh, _________, ¿cómo puedes ser tan insensible?

La acusación le dolió, y Elizabeth debió de darse cuenta, porque salió en su defensa.

—Si no le ama no tiene por qué casarse con él.

—¿No le amas? —preguntó Anne incrédula—. ¿Por qué no?

—Anne, ya es suficiente —dijo lady Fitzhugh—. Los sentimientos de __________ no son asunto nuestro. Ahora, niñas, creo que es hora de que nos vayamos a casa de lady Atherton. Son casi las tres. Dejemos a _________ en paz un ratito, Dios sabe que le conviene.

Ella miró agradecida a lady Fitzhugh mientras la mujer se llevaba a sus hijas de la sala, dejando a __________ a solas con su nuevo ramo. Lo miró durante mucho rato.

A pesar de que las docenas de flores y plantas que tenía delante hablaban de pasión, de honor, del deseo que tenía de protegerla, de cuidarla, __________ no pudo evitar darse cuenta de que no había ninguna flor en todo ese enorme ramo que fuera una declaración de amor.

No importaba demasiado. El propio Tom le había dicho que lo que sentía por ella era una locura temporal, y aunque hubiera habido una rosa o un ramillete de nomeolvides escondido en algún lugar de aquel exagerado ramo, no se convencería de que él sintiera por ella algo permanente y duradero. No había ninguna flor, ningún regalo que pudiera convencer a su corazón.

 

 

Tom había sabido desde el principio que no había manera de cortejar a __________ sin alimentar los chismes. Pero no estaba preparado para la rabia que sentía cada vez que leía algo sobre ella en los periódicos. Después de su baile en las Haydon Rooms no había vuelto a visitarla a Russell Square con la esperanza de acallar así las habladurías.

Como no podía ir allí, se pasaba mucho tiempo en su club. Una noche, al cabo de una semana del famoso baile, fue a Brook's, y se encontró allí con Dylan, que ya se había bebido más de media botella de licor.

Tom aceptó la invitación de Dylan de acompañarle y se sentó. Se recostó en su silla y observó la cara cansada y los ojos enrojecidos de su amigo.

—Siempre que te veo así me alegro de no tener tu temperamento artístico —le comentó.

—Al parecer yo tampoco lo tengo. —dijo Dylan preocupado—. No soy capaz de escribir más de dos notas seguidas, de modo que he decidido sucumbir a los excesos del alcohol. —Señaló la botella—. ¿Quieres acompañarme? Por lo que he oído, tú también necesitas un trago.

Tom no admitió nada. En vez de eso, se limitó a pedir un vaso y, cuando se lo trajeron, se sirvió ignorando la mirada burlona de su amigo.

—He oído que los floristas de Londres están muy ocupados.

Tom bebió en silencio.

—Tal vez debería empezar a mandar flores a las damas. Eso sería algo nuevo para mí. ¿Con qué flor le pides a una mujer que se acueste contigo?

Tom se rió quedamente.

—Te has acostado con tantas que no sé si eres capaz de acordarte de todas.

—No es verdad —corrigió Dylan—. Aún no me he acostado con la tuya, a pesar de lo mucho que me gustaría hacerlo.

Tom se tensó y apretó el vaso en su mano, pero no dijo nada.

Dylan se recostó en su silla y levantó las cejas buscando el enfrentamiento.

—Las notas de sociedad no dejan de decir que no es atractiva, ¿sabes? Dicen que tiene la piel demasiado tostada por el sol para lo que se lleva, que sus mejillas son demasiado redondas y que su pelo es de un color marrón de lo más común. Seguro que para ti es de color miel.

Tom no estaba de humor para aguantar las burlas de Dylan.

—¿Estás tratando de provocarme?

—Confieso que sí. Por una vez, me gustaría verte sin esa máscara de control ducal. ¿Sabes que en todos los años que hace que te conozco nunca te he visto perder el control? Ni una sola vez. Pero dejemos a un lado tu carácter por hoy y centrémonos en los encantos de la señorita Wade. —Bebió un poco más—. Dicen que no ve bien y que tiene que llevar gafas casi todo el tiempo. Todas las mujeres de Londres se preguntan cómo alguien tan insignificante puede haber conquistado tu corazón, pero yo creo que hay muchos hombres que estarán de acuerdo conmigo en esto… Mira, aquí está lo que quiero enseñarte.

Tom cogió la copia de The Times que había encima de la mesa y volvió a doblarlo por las páginas de política.

—Tiene una figura sensual —continuó Dylan pese al gesto de Tom—. Me di cuenta de eso enseguida, yo siempre me fijo en las cosas importantes. A ver, los periódicos quizá tienen razón al decir que su cara es común, pero es bastante bonita si la miras en conjunto. Es una cara que no revela sus sentimientos fácilmente, ¿a que no? Te estuve observando mientras bailabas con ella, y cualquiera diría que a ella no le importas lo más mínimo. Y sus ojos. Dios, qué color tan maravilloso…

Tom golpeó la mesa con el periódico.

—No me presiones más, Moore, esta noche no estoy de humor para aguantar tus satíricos comentarios.

—Lo que sí es satírico es verte a ti agonizando de mal de amores. La verdad es que observar este romance a distancia resulta bastante divertido. ¿Limoneros, Tom? Nadie te había considerado antes un idiota. La señorita Wade parece no compartir tus sentimientos. ¿Cómo te sientes? ¿Frustrado? ¿Herido? ¿Enfadado con los dioses por haberte retirado su favor?

A Tom empezaba a temblarle el músculo de la barbilla.

—Vete al infierno.

—Ya estoy allí, amigo mío. —Dylan volvió a llenarse el vaso y lo levantó—. Por el infierno —dijo, y se bebió todo el licor—. Ahora ya estamos los dos en él.

Se levantó de su silla y se dispuso a irse, pero antes de hacerlo se inclinó sobre Tom, apoyando las manos en la mesa.

—Creo que voy a componer una pieza en honor de la señorita Wade —declaró en voz baja—. «__________, la de los ojos violeta» o algo por el estilo. ¿Quién sabe? A lo mejor una sonata tenga éxito allí donde las flores han fracasado…

Una ira como nunca había sentido antes se apoderó de Tom, y lo siguiente que vio fue a su mejor amigo tumbado en el suelo con el labio partido. Sintió un dolor punzante en el puño y notó que varios miembros del club le estaban sujetando.

Dylan se frotó el labio con la mano. Se miró los dedos ensangrentados y, sonriendo, se enfrentó a Tom.

—¿Lo ves, amigo mío? —murmuró—. La locura nos afecta a todos. Incluso a ti.


CHICAS... aqui un nuevo capi =)... no se que le pasa al maldito Blogg ayer quice poner el capitulo 42 y no me dejaba.. pero la cosa es que igual los subio... xd espero les guste el capi...

Chicas mañana no subire capi.. ya que en mi país es dia feriado.. y descansare.. asi que no pasare por el blogg... pero el lunes le subo un capi...

Las Quiero
Bye =)

2 comentarios:

  1. Awww mueroo me da coraje como habla la gente de (tn)!!

    Siguelaaa ya quiero saber q pasara :D
    hasta el lunes.. Buen fin de semana :D

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  2. Jajaja ese dylan xD esta loquito :) sigue la esta muy buena y esa TN -.-' porque no lo acepta! Yo me moriria si tom hace eso conmigo *o* jajaja bueno cuidate bye.

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