"CAPITULO 28"
Miraba la pintura y, pensando en Tom,
se acarició los labios con los dedos, como él había hecho. Cerró los ojos y se
imaginó que la besaba, que la acariciaba y mucho más.
El ruido de la puerta al abrirse
la sobresaltó y la obligó a despertarse de ese sueño tan maravilloso. Vio cómo Tom
entraba en la antika y se dirigía al almacén. Al verla allí se detuvo y, tras
un breve instante, cerró la puerta y se encaminó hacia ____________.
Ella se dio cuenta de lo
descuidada que había sido al dejarse la puerta del almacén abierta, ahora ya no
podía esconder las piezas.
—Buenos días —le dijo, intentando
disimular—. Veo que ya ha vuelto.
—Anoche —respondió él.
Cruzó la habitación y, cuando se
paró ante ella, ___________ sintió como si tuviera miles de mariposas en el
estómago.
Carraspeó e intentó ocultar el
fresco con su cuerpo.
—¿Ha tenido un viaje agradable?
—Rezó por no sonrojarse.
Él se movió un poco hacia un lado
y en su boca se dibujó su picara sonrisa ladeada.
—Se suponía que usted no tenía
que ver esto —dijo, mirándola directamente a los ojos—. El señor Bennington fue
tajante al respecto.
—Sí, estoy convencida de ello
—contestó ella mirando el mentón de Tom—. Pero yo soy una restauradora
profesional.
—Creo que el señor Bennington
pensaba en usted como en una joven dama, y no como en una restauradora.
—He visto docenas como éste en
varias ocasiones —susurró. Que Dios la ayudara. No podía dejar de pensar en el
hombre que tenía delante y en cómo quería que la tocara igual que en la sensual
pintura.
—Excelente —comentó él y, antes
de que ella se diera cuenta, le dio la vuelta y la colocó de cara al fresco—.
Me gustaría oír su opinión sobre éste, señorita Wade.
__________ miró la imagen,
incapaz de razonar y totalmente desbordada de deseo. Él se había colocado tras
ella. Sintió que le empezaba a arder la piel, y que las rodillas ya no la
sostenían.
—¿Qué opina de la técnica del
artista? —le susurró al oído—. ¿Cree que sólo tiene interés histórico o cree
que podría tener valor artístico?
Ella se sonrojó e intentó
apartarse, pero él le colocó las manos sobre los hombros y se lo impidió.
—Vamos, señorita Wade, deme su
opinión. ¿Estamos ante la representación de unos dioses o son simplemente un
hombre y una mujer haciendo el amor? —Él se apretó contra su espalda—. Hágame
un análisis intelectual. Yo lo encuentro bastante erótico, pero me imagino que
a usted no le afectan este tipo de cosas.
Esas palabras la encendieron como
si hubieran arrojado licor sobre una llama ardiendo.
—¿Por qué cree que no me afecta
la sensualidad de este fresco? —preguntó ella intentando darse otra vez la
vuelta, pero él la tenía bien sujeta y de nuevo se lo impidió—. ¿Cree que soy
tan fría? ¿Cree que no tengo sentimientos?
—No puede culparme —susurró él en
su oído—. Es muy hábil escondiendo sus sentimientos, señorita Wade.
Ella respiró hondo y se abrazó a
sí misma para controlar sus temblores.
—Pero los tengo. Tengo los mismos
deseos y los mismos sueños que cualquier mujer. ¿Cómo puede pensar que no es
así?
—Quizá sea porque no quiso
besarme —murmuró, y le rozó la oreja con los labios—. Yo lo deseaba, deseaba
con todas mis fuerzas que me besara, pero no lo hizo. Y como ya le dije, yo soy
un caballero, y como tal, no me está permitido besarla.
Al ver que ella no contestaba, él
se apartó y separó las manos de sus hombros.
—Me ha distraído de nuestra
conversación, señorita Wade —dijo él, y la rozó al señalar los frescos—. ¿Cree
que este color rojo del fondo se logra con ocre o con cochinilla?
Ella miraba cómo él acariciaba
con los dedos una de las piezas.
—Ocre —suspiró—. ¿Yo estoy
atormentándole con la promesa de un beso?
—Profundamente. Pero hizo bien al
recordarme que los amigos no se aprovechan de situaciones como aquélla. Es lo
que hubiera hecho cualquier joven dama.
Ella miró al hombre y a la mujer
que aparecían en el fresco.
—Supongo que sí —susurró—, pero
¿qué cree que habría hecho Cleopatra?
Hubo un largo silencio y, tras lo
que pareció una eternidad, él bajó la cabeza y le susurró al oído.
—¿Por qué, señorita Wade?
—murmuró—. ¿Han cambiado las cosas? ¿Me está pidiendo que la bese?
—No, no se lo estoy pidiendo.
—Me ha parecido que sí, la habré
malinterpretado. —Se acercó al fresco para reseguir la forma de la mujer y, al
hacerlo, rozó de nuevo a __________—. Este dibujo es especialmente bueno. ¿No
está de acuerdo?
—No sabía que una mujer tuviera
que pedirle a un hombre que la besara.
Aguantó la respiración y esperó
ansiosa su respuesta mientras el dedo de él se deslizaba arriba y abajo de la
mujer pintada.
—Y no es así, a no ser que ese
hombre ya haya intentado besarla y haya sido rechazado. Entonces, la mujer
tiene que dar el siguiente paso. —Apartó el dedo y avanzó hacia ella—. Si
quiere que la bese, señorita Wade, sólo tiene que pedírmelo, alto y claro.
En realidad ya no estaba
enamorada de él, ni tampoco le importaba lo que pensara de ella. Seguro que,
habiendo besado a tantas mujeres, sería un gran experto. Odiaría que su primer
beso fuera decepcionante.
Ella era consciente que entre
ellos no había nada más que un juego. Un juego al que él ahora le estaba dando
entrada, y ___________ la aceptó.
Tomó aire y se volvió para
mirarlo de frente. Se apoyó en la estantería que había tras ella, levantó la
barbilla y lo miró a los ojos.
—Me gustaría mucho que me besara
—le dijo con una tranquilidad que no sentía en absoluto.
Apretó los puños y su cuerpo se
tensó ansioso, esperando su respuesta. Vio cómo él empezaba a sonreír, cómo le
brillaban los ojos.
—Eso ha sido bastante claro.
Dio un paso hacia ella y el
corazón de ___________ empezó a latir con la fuerza de un tambor somalí cuando
él le quitó las gafas y las dejó en la estantería.
Él le acarició la mejilla y
acercó su boca a la suya. Ella sintió una extraña sensación en el estómago,
como si acabara de saltar por un precipicio. Sus labios se juntaron.
Nunca en toda su vida había
experimentado algo tan especial, tan dulce como aquello. Era como si tuviera
miles de mariposas aleteando por todo su cuerpo.
En ese momento se sentía viva,
tenía todos los sentidos a flor de piel, quería concentrarse en cada caricia,
en cada beso hasta que nada más importara. El resto del mundo desapareció en un
instante.
Ella absorbió su aroma a jabón de
limón junto con su sabor. Se fue sintiendo menos tensa, y abrió los puños para
poder tocarle. Quería notar sus fuertes
músculos contra sus palmas, su respiración, el latido de su corazón.
Él le cogió la barbilla y, al
acariciarle la mejilla, ella notó que tenía una callosidad en el dedo índice.
Con el otro brazo la rodeó por la cintura y la levantó, para tenerla así más
cerca, para sentir todo su cuerpo contra el suyo. Le separó los labios con los
suyos de un modo sensual, bebiendo de ella completamente y ofreciéndose por
entero. Oh, ¿cómo podía algo tan simple dar tanto placer?
___________ le rodeó el cuello
con los brazos y se aferró a él. La invadía una sensación que nunca antes había
sentido pero extrañamente familiar. Sí, su cuerpo parecía decirle que era de
aquello de lo que escribían los poetas y pintaban los artistas; de aquella
necesidad, del placer que le causaba sentir su cuerpo tan cerca del suyo.
Ella le acarició el pelo y se
apretó contra él, rodeándolo con la pierna en un intento de sentirlo aún más
cerca. Era como si su cuerpo supiera exactamente lo que tenía que hacer, aunque
su cerebro no tuviera ni idea. Frotó la pierna de Tom con su pie, y él emitió
un sonido de placer que se entremezcló con el suyo.
Con una brusquedad que la sorprendió,
él se apartó de repente y, con la respiración entrecortada, finalizó el beso.
Aflojó un poco el abrazo y empezó a soltarla. Ella no tuvo más remedio que
bajar la pierna y apoyarse en el suelo de nuevo.
Acariciándole todavía la cara,
bajó la cabeza hasta apoyar su frente contra la de ella.
—¿Se da cuenta —preguntó,
mirándola directamente a los ojos y aún con la respiración acelerada— del poder
que tiene sobre mí cuando decide utilizarlo?
Se daba cuenta. Ella que había
malvivido por todo el mundo siguiendo a su padre, que se había resignado a no
tener nada ni a nadie en la vida, que había adorado a un hombre que la
ignoraba, ella tenía ahora poder, y lo tenía sobre ese hombre.
De repente, la corriente y
predecible __________ se sentía tan seductora y misteriosa como Cleopatra, y
una gran alegría floreció en su interior.
—Gracias —susurró— por hacer que
mi primer beso haya sido uno de los mejores momentos de mi vida.
—Es un gran cumplido, pero creo
que debería soltarla ahora que aún me siento capaz de hacerlo. —Apartó la mano
de su mejilla y dio varios pasos atrás—. Me siento muy honrado de que me hayas
escogido a mí para tu primer beso, __________ —dijo en voz baja.
____________ vio entonces cómo
abandonaba la seriedad y aparecía en su cara la picara expresión de nuevo.
—A cambio de darle uno de los
mejores momentos de su vida, ¿se quedará un mes más?
CHICAS.... la verdad lo siento por no haber subido en estos días.. pero en la casa de mi tia.. era casi imposible entrar a mi notebook.. ya que saliamos a varias partes.. y no me dejaban tranquila.. pero lo pase excelente en mis vacaciones.. lo bueno es que me queda esta ultima semana libre.. y que el lunes entro a trabajar.... asi que volvere a subir todos los dias.. porque no se si pueda subirles capis todos los dias esta semana, ya que estoy viendo el tema de mis estudios.. y justo ahora me tengo que ir al instituto... pero tratare de subirles capi mañana....
y por finnnn el esperado beso que ustedes querias jajaja =).. ustedes creen que Tn se quede mas tiempo??
Cuidence
Las Quiero
Bye =D
Awww al fin el tan esperado momentoo!! Esta hermosa la fic :D
ResponderEliminarese Tom aprovechadoo!!
Hahaha lo mismo me pregunto yo (tn) aceptara ese truequee?? Yooo obviamebtee SIi..
Siguelaa ni bien puedas :D .. Disfruto mucho tu ultima semana.. Cuidate bye xD
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaa necesito otro urgentee por que la dejas ahiiiiii que mala ya espero el siguiente muyyy impaciente.
ResponderEliminarhola! ESTA BUENISISMO EL CAPITULO ENSERIO .... ESE BESO FUE TAN LINDO PERO ESE TOM CON SU "SE QUEDARA MAS TIEMPO" QUE CONVENENCIERO -.-´:D BIEN AMIGA QUE ESTES BIEN ADIOS Y SIGUELAAAAA!!
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