"CAPITULO 25"
_____________ no sabía qué
esperar de sus clases de baile, pero suponía que sobre todo consistirían en
aprender algunos pasos. Estaba totalmente equivocada.
—¿Que quiere que haga qué?
—preguntó, mirando sorprendida a Tom.
—Que camine. —Y diciéndolo, la
tomó del brazo y la llevó fuera de la habitación, hasta el principio del largo
pasillo.
—Qué tonta soy —murmuró ella—,
pensaba que iba a enseñarme a bailar.
—Lo haré, pero primero quiero ver
cómo camina.
Ésa era la última cosa que ___________
deseaba hacer, pero cuando vio que él se ponía las manos a la espalda y echaba
a andar, no tuvo más remedio que seguirlo.
—Para bailar bien, señorita Wade
—añadió—, tiene que andar bien. Bailar no es más que caminar con música.
Sólo habían dado unos pasos
cuando Tom se detuvo.
—¿Por qué se para? —preguntó __________.
Él no contestó, sino que se
volvió hacia ella y la rodeó con sus manos. Le colocó una encima del diafragma
y la otra al final de la espalda. Al notar el contacto a ella se le cortó la
respiración. Él no debió de darse cuenta, porque aún apretó más las manos
contra su cuerpo y, en un tono muy pragmático, dijo:
—Recuerde mantener la espalda
erguida. Esta noche no es una restauradora intentando reparar una vieja vasija
de bronce, sino una joven dama disfrutando de un agradable paseo.
Entonces él la soltó, pero la
piel de ella se mantenía caliente allí donde la había tocado, y ___________ se
sentía capaz de todo menos de imaginarse que era una joven dama paseando.
Intentó caminar como él le decía, pero el corazón le retumbaba en el pecho como
si hubiera estado corriendo durante horas.
No estaba acostumbrada a que la
tocaran, eso era todo, se dijo. En los últimos días él ya la había tocado
varias veces y a ella siempre le sorprendía lo mucho que eso le gustaba. Se
derretía sólo de pensar en lo que había sentido cuando él le acarició la
mejilla, o ahora, cuando había colocado sus manos sobre su cuerpo. Ella no
quería sentirse así, no quería que él le hiciera sentir así.
Recorrieron el pasillo
innumerables veces sin dirigirse apenas la palabra, sólo para las correcciones
que él le hacía. Barbilla arriba, hombros atrás, sin correr.
Ella no lo miraba, sólo lo veía
con el rabillo del ojo, pero él sí la observaba con detalle. Cuando creía haber
recorrido aquel pasillo unas mil veces, al fin le dijo que se detuviera.
—Excelente, señorita Wade
—comentó, y le indicó que volviera a la habitación—. Tiene usted una gracia
natural, seguro que bailará muy bien. Me atrevería a aconsejarle que se pusiera
corsé, eso le ayudará a mantener la espalda recta. Además, si no lleva, su
pareja de baile se escandalizará cuando le ponga las manos en la cintura y la
note desnuda.
Tom se encaminó a la chimenea y
empezó a dar cuerda a la caja de música.
—Pero procure no apretárselo
mucho. No me gustaría que se desmayara en medio del baile por falta de aire.
—No creo que sea apropiado que
usted haga comentarios sobre mi ropa interior —dijo ella con la mayor dignidad
de la que fue capaz.
Él hizo una pausa en lo que
estaba haciendo y la miró directamente a los ojos.
—Creo que estaba comentando algo
sobre la ausencia de ropa interior —contestó él serio, aunque con una media
sonrisa apuntando.
Ella había visto otras pocas
veces esa sonrisa traviesa. Empezaba a gustarle y no pudo evitar sonreír.
Tom dejó la caja encima de la
mesa y empezó a sonar la música.
—El vals es un baile muy sencillo
—le dijo mientras se situaba frente a ella. Tomó su mano derecha en su
izquierda y colocó la otra en su cintura. __________ se tensó al instante.
—Relájese, señorita Wade.
—Estoy relajada —mintió.
—¿De verdad? Pues su cuerpo
parece creer lo contrario. —Él aflojó su abrazo—. No se preocupe, no tengo
ninguna intención de violarla. Al menos por ahora —se corrigió—. Relájese.
__________ quería hacerlo, pero
la idea de que él no quisiera violarla entonces pero sí en otro momento no
ayudaba mucho. Se sentía mareada, como si hubiera bebido más vino de lo normal.
Se acordó de que aquella misma tarde, en la colina, él casi la había besado.
Ahora era agudamente consciente de la mano de él en su espalda, y tenía que
controlarse para no salir corriendo. De golpe, la habitación había subido mucho
de temperatura. Demasiado para bailar.
—Cuando se baila un vals —continuó
Tom como si no hubiera notado que ella se sonrojaba—, lo primero es mantener la
distancia apropiada. Tiene que estar a un pie de su acompañante, justo como
estamos ahora. Ponga la mano en mi hombro.
Ella dudó un instante antes de
apoyar la mano en su oscura chaqueta verde. Podía notar contra su palma los
fuertes músculos de su hombro y recordó el aspecto que tenía sin camisa. Lo
había dibujado muchas veces y conocía cada plano de su torso, pero al tocarlo
sintió cómo un extraño fuego le quemaba por dentro y tuvo que concentrarse para
escuchar lo que le decía.
—Lo segundo que debe recordar es
que yo mando y usted me sigue. Su cuerpo va a donde le dice el mío.
—Creo que me gustaría más si
fuera al revés.
—¿De verdad? —murmuró él—. Ésa sí
que es una idea interesante, señorita Wade. Quizá algún día le permita hacerlo.
—Volvió a cogerle la mano y levantó el brazo adoptando la postura previa al
inicio de la danza—. Los pasos del vals son muy sencillos, es una cadencia de
un, dos, tres. Así.
Tom empezó a moverse llevándola
con él, pero ella sólo miraba los pies y él se detuvo al instante.
—Lo tercero y más importante es
que tiene que mirarme a mí, señorita Wade, no al suelo.
—Pero ¿y si le piso?
—Sobreviviré, estoy seguro. No se
preocupe, si se equivoca sólo estoy yo para verlo, y ya sabemos que a usted no
le importa lo que yo piense. —Tom empezó a moverse de nuevo llevándola a ella—.
Un, dos, tres —contaba él al ritmo de la melodía, y los dos iban completando
las figuras del vals a lo largo de toda la habitación—. Un, dos, tres.
____________ se sentía bastante
torpe dando vueltas sin sentido, e incluso después de haberlo pisado y haber
hecho que se parase incontables veces él no se mostró impaciente ni un
instante. Sencillamente le decía que volviera a intentarlo. Una y otra vez.
—Lo está haciendo muy bien —la
tranquilizó dando cuerda por tercera vez a la caja de música—. Sabía que sería
buena bailarina.
—Usted es buen profesor
—reconoció ella al tenerlo de nuevo delante—. Sólo desearía no sentirme tan
torpe e insegura.
—Eso requiere práctica. —Volvió a
cogerle la mano y empezaron a bailar. Tom tenía que recordarle constantemente
que lo mirara a él y no al suelo.
—Es que creo que el único modo de
no pisarle es si miro donde pongo los pies —confesó ella—. Pero no importa lo
que haga, me temo que cuando acabe la noche va a estar lleno de moratones.
—Entonces debería apreciar el
sacrificio que estoy haciendo por usted.
Ella le miró con fingida
preocupación.
—Oh, pobre. Seguro que está
sufriendo muchísimo, aunque podría ser peor. Yo podría pesar cien kilos.
La mano de él le apretó la
cintura.
—Eso sería una pena —murmuró, y
la miró—, aunque seguiría teniendo esos increíbles ojos.
El corazón de ella dio un vuelco,
y casi tropezó de nuevo.
—Baila muy bien —dijo ella para
cambiar de tema. No quería que él le dijera cumplidos que sabía que no eran
ciertos—. ¿Por qué no le gusta?
—La verdad es que bailar me
gusta, lo que no me gusta son sus consecuencias.
—¿A qué se refiere? ¿Qué
consecuencias?
—Las mismas que me obligan a
evitar a las damas con tendencia a desmayarse. Ser un acaudalado duque y,
además, soltero me convierte en la presa perfecta en un baile. Todo lo que
hago, todo lo que digo, es estudiado y analizado en todas las notas de
sociedad. Si bailo con una dama, las viejas matronas difunden rumores a la
misma velocidad que la música, y si por casualidad he disfrutado de su compañía
y bailo otra vez con ella, ya estoy perdidamente enamorado; si bailo una
tercera vez, mi boda es inminente.
—Eso es una locura.
—Aún es peor para la dama en
cuestión. Las habladurías siempre se cebarán más en ella. No importa lo bella
que sea, lo dulce o educada, siempre habrá una madre despechada que creerá que
su hija sería mucho más adecuada para ser mi duquesa.
—Supongo que eso es inevitable —se
rió ella.
—Sí, así es. Por eso no bailo.
—Bueno, ya que aquí no hay nadie
que nos vea y pueda criticarle, debería intentar disfrutar de esta noche.
—Lo estoy haciendo. —Le apretó la
mano más fuerte—. Créame, estoy disfrutando mucho.
Antes de que __________ pudiera
pensar una respuesta, la música se fue desvaneciendo hasta desaparecer por
completo. Tom se detuvo y apartó la mano de su cintura, pero no soltó la otra;
sus dedos seguían entrelazados cuando le dijo:
—Ni un fallo.
—¡Es verdad! —exclamó ella sorprendida—.
Pues me he olvidado de contar los pasos.
—Exactamente. —Él se dirigió
hacia la esquina—. Cuando finaliza el baile, su pareja la escolta hasta su
sitio. —Acompañó sus palabras con acciones, como si de verdad estuvieran en un
baile. Le soltó la mano y le hizo una reverencia. Ella supuso que probablemente
ella también debía saludarle, así que cruzó un tobillo detrás del otro y le
hizo una breve genuflexión.
»No, no, señorita Wade —dijo él
sonriendo—. Tiene que hacer una genuflexión completa. Después de todo, soy un
duque. Se supone que su rodilla casi debería tocar el suelo.
Ella se agachó de nuevo, con un
saludo mucho más pronunciado.
—Está disfrutando con esto,
¿verdad?
—Sí, mucho —admitió él cuando
ella se levantó. Le miró los labios y su sonrisa desapareció por completo—.
Desde que me ha acusado tan severamente de intentar aprovecharme de nuestra
amistad es que estoy queriendo vengarme. Tengo que aprovechar la más mínima
ocasión para hacerlo.
Esa tarde ella no había querido
reprenderle, sólo había sido un intento desesperado de salir de la situación.
Él había querido besarla, y lo peor de todo es que ella lo deseaba con todas
sus fuerzas.
—Yo no he hecho tal cosa.
—No quiero volver a pelearme con
usted, así que no voy a picar el anzuelo. Aunque sí me veo obligado a
recordarle que una dama nunca, nunca contradice a un duque.
—Hay muchas reglas, ¿no es así?
—preguntó ella intentando parecer relajada—. He leído todos sus libros de
etiqueta pero aún me siento intimidada. ¿Hay algo más que debería saber?
—Sí —contestó él acercándose a
ella—. Como ya le dije en otra ocasión, una dama que quiera estar a la moda
nunca lleva gafas cuando asiste a un baile. —Él ignoró sus protestas y le quitó
las gafas—. Intente llevarlas lo menos posible y, si puede, acostúmbrese a ir
sin ellas.
—He leído que una dama debe
saludar siempre a sus conocidos. ¿Cómo espera que lo haga si no puedo verlos?
___________ intentaba
recuperarlas, pero él no paraba de mover el brazo manteniéndolas así
inalcanzables. Ella se puso de puntillas, pero él era tan alto que no sirvió de
nada, y ___________ no se atrevía a saltar por miedo a romperlas. Dejó de
intentarlo y, con los brazos en jarras, lo miró enfadada.
—¿Vamos a tener que discutir otra
vez sobre este tema?
—No. —Tom se guardó las gafas en
el bolsillo de la chaqueta—. Porque no pienso devolvérselas hasta que
finalicemos nuestra clase de baile. Esta vez, quiero que baile sin gafas.
—Pero no veo nada.
Él la apretó contra su cuerpo.
—¿Me ve a mí?
CHICAS... que emocion.. ahora puedo subir de mi notebook.. ya que mi primo por fin me dio la clave de su internet... asi que ahora si espero que los capis salgan bien.. no todos con mayusuculas ¬¬ ... espero que les guste el capi.. porque a mi me esta fascinando subirles estos capis.. jaja ya que todas quieren el beso.. puede ser que en dos capitulos mas aparesca algo mas cercano entre ellos jajaja xd....
Cuidence muchooo.. y descancen arto como lo estoy haciendo yo jajaja
PD: Sofii.... porque todabia no has subido en tu ficc =( lo dejaste ahi y no la continuaste mas siguela pisss por mi .. es que me encanta tu ficc ^^)
Las Quiero
Bye =)
hola! bueno apenas pude copiar los capitulo que no he leido ... en cuanto los lea y pueda de nuevo subir ya te comento, cuidate y muchas gracias por felicitarme el dia de mi cumple .. se te estima nena, adios
ResponderEliminarAy esta hermosaa la fic :D
ResponderEliminarte juro q me encantaaa!!
Siguelaa prontooo..
Tamitha q bueno q ya subiras mas seguidooo y me das esperanzas asi q ya se viene acercamiento *.* q emocion...
Si opino igual q tu hace mucho q Sofii no subee ahi q bombardiarle con comentarios hahahaha
bueno cuidatee :D bye
oooo por diosss me encantoooo este capp ya quierooo que llegue el proximooo cuidate besotessss.
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