"CAPITULO 14"
—¿Señoría?
Su voz lo devolvió
a la realidad y recordó el verdadero motivo de su visita. Se sentó delante de
ella y se concentró en buscar un tema de conversación inocuo y amable.
—¿Qué está leyendo?
—preguntó finalmente.
—Una biografía de
Cleopatra.
—¿De verdad? —Entonces
miró el delgado libro rojo que había encima de la mesa. Las letras doradas del
título brillaban a la luz de las velas—. Ese estudio sobre su vida es bastante
aburrido. Si de verdad quiere entender a Cleopatra, creo que en algún lugar
tengo una biografía mucho mejor.
—¿Qué tiene de malo
éste?
—No le añade valor
histórico y sólo habla de su vida personal.
—Eso es exactamente
lo que quiero saber. Ya lo sé todo sobre el valor histórico de su figura. Lo
que quiero saber es cómo era ella como mujer.
—Ya veo.
A ella no se le
escapó el tono irónico de él, pero se mordió la lengua y desvió la mirada.
Pasados unos segundos, volvió a mirarle y dijo:
—Todos hablan de
que…, lo que quiero decir es que…, ella no era una mujer hermosa, pero sí tenía
cierto… cierto… bueno…
—¿Atractivo sexual?
—la ayudó él, y le encantó ver cómo ella se sonrojaba ante sus palabras. Dios,
la señorita Wade se había ruborizado. Normalmente se mantenía inalterable, pero
tras aquellos últimos dos días, Tom se preguntaba si bajo esa fría apariencia
no habría una mujer, después de todo.
—Eso está claro
—convino ella intentando sonar seria y académica—. Pero debía de tener algo
más. Algo indescriptible. Algo mágico y cautivador.
—¿Es eso lo que
usted desea, señorita Wade? —preguntó—. ¿Ser mágica y cautivadora?
De repente, ella se
tensó y se sintió incómoda.
—¿Se está burlando
de mí? —preguntó en voz baja.
La pregunta le
sorprendió, ya que la idea de burlarse de ella ni se le había pasado por la
cabeza.
—No —contestó enseguida—.
No me estoy burlando de usted. Sencillamente sentía curiosidad.
Ella no le creyó,
pero se encogió de hombros como si no tuviera importancia y continuó.
—César sabía que el
pueblo no le apoyaría si convertía a Cleopatra en su reina, pero la quería
tanto que aun así se casó con ella. Lo asesinaron por culpa de esa pasión.
—No —la corrigió Tom—.
César fue asesinado por estúpido. La pasión que sentía por esa mujer sólo fue
el catalizador de su muerte.
—Quizá, pero es
cierto que lo que sentía por ella era algo muy fuerte. Está bien, fijémonos
entonces en Marco Antonio. En la batalla de Actium se jugó todo lo que tenía
por recuperar el reino de Cleopatra y poder así conquistarla. ¿Por qué?
—¿Acaso importa?
Marco Antonio fue tan estúpido como Cesar. Fueran cuales fueran sus sentimientos,
nunca debió librar esa batalla. Fue un suicidio.
—¿Un suicido? Casi
ganó.
Antes de que él
pudiera responderle alguien interrumpió desde el otro extremo de la habitación.
—Lamento
molestarle, señoría, pero el señor Richardson me manda decirle que ya tiene el
baño preparado y que su cena estará lista enseguida.
Tom se volvió y vio
al lacayo que esperaba su respuesta.
—Sólo tardare un
momento.
El sirviente hizo
una reverencia, salió de la habitación y Tom volvió a concentrarse en la mujer
que estaba sentada frente a él.
—En la guerra,
señorita Wade, el hecho de estar a punto de ganar no significa nada. Marco
Antonio era un brillante general y debería haberse dado cuenta de que en Actium
perdería. Tenía a todo el ejército de Octavio avanzando hacia él. Retirarse era
la única opción lógica.
—¿Y qué le hace
pensar que la lógica tuviera algo que ver con todo eso? Él la amaba, y el amor
no entiende de lógica.
—Muy propio de una
mujer poner los sentimientos por encima de la razón —contestó él impaciente.
—Muy propio de un
hombre negar el poder del amor.
Él cruzó los brazos
y se reclinó en el sofá.
—El amor nunca
debería prevalecer sobre la razón.
—A menudo lo hace.
—Con trágicos
resultados.
—Quizá para Marco
Antonio y Cleopatra —reconoció ella—, pero no siempre es así. Hay quien es muy
feliz.
—Esa felicidad dura
siempre muy poco.
A ella empezaba a
frustrarle su firme convicción de que el amor no valía la pena, y levantó la
mirada hacia el cielo en un claro gesto de desesperación.
—¡Oh, por Dios!
—exclamó—. Seguro que alguna vez ha visto a alguien enamorarse perdidamente y
ser feliz.
Tom recordó
entonces la noche en la que encontró a su padre muerto, con cuatro tubos de
láudano a su lado.
—Sí —contestó él—,
pero tuvo un trágico final. —Entonces se levantó bruscamente. Ya no tenía ganas
de seguir hablando—. Deberá perdonarme, se está enfriando el baño. Buenas
noches.
Y salió de la
habitación sin decir nada más.
Primero Viola, con
aquella charla tan extraña sobre el amor, y ahora la señorita Wade. Maldita
sea. ¿Por qué las mujeres eran incapaces de entender que el amor no era
importante en la vida?
Chicas... aaaaa jaja me alegran sus comentarios =).. y Virgi no te preocupes que entiendo que no puedas comentar =)... lo importante es que lo leas...
Y hoy viendo los comentarios me di cuenta.. de que tal vez alguien le haya acertado en cierta parte.. para lo que venga más adelante pero tendran que esperar jajaja..
Espero esten bien..
Las Quiero
Bye =D
PD: Sorry por lo corto.. mañana subo uno mas largo si puedo....
me encantooo como siempre me dejas intrigada y con ganas de leer mucho masss espero el proximoss besos cuidate..
ResponderEliminarTom me desesperas todo lo llevas a lo contrario..!!
ResponderEliminaryo creo q su ultimo intento para q se quede sera pedirle matrimonio.. Me encantaria q eso pasee.. Siguelaa esta hermosa ...
Sii sube uno largotee :D
bye cuidate xD
:O me encanta tu fic es lo mas c: de verdad y Tom uii hay que hacerlo sufrir jumm jajaja c. porfiis sube pronto y me encanta como escribes bye cuidate *.*
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